La edición 43 de la Copa América, el más añejo torneo de selecciones del mundo, ha iniciado con partidos que pudiesen rotularse de “sorpresas”, con comillas o sin comillas, dependiendo de las posibles lecturas que se hagan.
Antes de adelantar opiniones sobre esta primera ronda de partidos, quisiera mostrar cuales a priori eran los equipos favoritos a mi entender de esta copa, y en qué orden:
1. Argentina. 2. Uruguay. 3. Chile. 4. Paraguay. 5. Brasil.
En todo torneo hay los favoritos en el papel, que uno más o menos se aventura a colocar como favoritos esencialmente por una combinación de historia y presente, por calidad individual de jugadores y por la cohesión que puedan tener unos u otros como equipos. Después, cada torneo va afirmado o desmontando esos favoritismos, además de ratificar las potenciales sorpresas.
La primera sorpresa del torneo la deparo el partido inaugural, en el cual los bolivianos se les adelantaron a los argentinos con un gol bastante circunstancial y suertudo del equipo boliviano. Argentina antes y después busco más, propuso más, y cerca estuvieron de perder de no ser por un gol fantástico de Sergio ‘Kun’ Agüero. En el primer tiempo Messi lo intentó bastante, pudo haber sido el héroe de haber aprovechado personalmente alguna ocasión o de ser aprovechado algunos de sus pases, pero ya en el segundo tiempo se desdibujo, en gran medida por un planteamiento que le obligaba a bajar muchísimos metros a buscar balones hasta más allá del centro del campo, haciendo luego inoperante su potencial ofensivo. La poca asociación entre los delanteros (Lavezzi y Tévez fueron los otros) bloqueó tanto o más las aspiraciones argentinas que la férrea defensa boliviana, muy ordenados en ese sentido.
Los colombianos, que están reestructurando su equipo (en eso están varios equipos en Sudamérica) ganaron a Costa Rica por la mínima, un equipo tico que literalmente renunció al ataque al quedarse con 10 jugadores, situación de la cual poco provecho sacó Colombia. Hay que recordar que por disposiciones de la CONCACAF tanto costarricenses como mexicanos, invitados de otra confederación, se nutren básicamente de jugadores de la Sub-22, lo cual sin dudas merma las capacidades de ambos combinados en la Copa América.
Y si Argentina empataba ante un rival tradicionalmente tildado de ‘Cenicienta’, pues su clásico rival, Brasil, sufría lo mismo, pero ante Venezuela. Si bien los primeros 20 a 25 minutos del partido los brasileños parecía iban a pasarle por encima sin compasión a los venezolanos, la ofensiva de Brasil fue mermado, no solo por la ineficacia o egoísmo de algunos de sus jugadores, incluso por la mala suerte (un tiro de Pato se estrelló en el larguero), sino también por el orden y el ímpetu de la defensa venezolana, tanto de sus defensas como de sus volantes. Además, el segundo tiempo tuvo más sabor venezolano que brasileño, y cuando Venezuela intentaba atacar lo hacía generalmente saliendo por los costados y por el centro, no a puro pelotazo. En este partido se pudiese decir que hubo incluso mayor igualdad que en el partido de argentinos y bolivianos.
Algo similar pasó entre paraguayos y ecuatorianos. Por historia pasada y presente Paraguay es un equipo de mayor cártel que Ecuador, incluso, es a mi entender, junto a Uruguay y quizá Chile, los seleccionados con los equipos mejor hechos, más cohesionados, independientemente de que tengan menos individualidades futbolística y mediáticamente de mayor peso que las que tienen Argentina y Brasil.
En el balance general fue superior Paraguay, a pesar del empate 0-0, pero, cuando Ecuador decide atacar e ir al frente, lo hace con toque, con relativo orden y con mucha velocidad. No está entre los favoritos, pero puede amargarle la vida a varios equipos de mayor ranking, incluso hasta pudiese ser la principal carta de la sorpresa para este torneo.
Si bien Perú tuvo unas eliminatorias fatídicas para el Mundial 2010, si bien llega a la Copa América con varios jugadores descartados por lesiones, y si bien su primer rival fue cuarto en el pasado Mundial y es quizá el equipo más cohesionado y más cercano a jugar de memoria en América del Sur, peruanos y uruguayos empataron 1-1. Si, fue más Uruguay, pero Perú supo defender, sabe tocar el balón y puede ser muy peligroso en las pocas ocasiones de gol que crean y se les presentan.
Y los chilenos, posiblemente el equipo más divertido de ver en Sudamérica (aunque a veces es algo intermitente y tienen una tendencia en ocasiones a tirar mucho a puerta aunque desperdicien mejores posiciones de otros compañeros) han sido los únicos hasta ahora que han podido dejar patente su favoritismo, tanto por resultado como por juego. Mejor puntería y mayor atención defensiva le pudieron haber permitido conseguir la primera goleada del torneo.
¿Real o imaginaria tanta paridad?
Primero, los partidos iniciales en un torneo corto como este no siempre marcan una tendencia. Hace un año España ganó su primer Mundial de Fútbol luego de perder el primer partido ante Suiza. La Italia de 1982 empató tres partidos en la fase de grupo para luego derrotar a argentinos, brasileños y alemanes para conseguir su tercer título de Copa del Mundo para la fecha.
Si bien los resultados de Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay en sus primeros partidos pueden invitar al pesimismo a muchos de sus seguidores, no obliga a pensar en que perdieron el camino al campeonato. Tampoco quiere decir necesariamente que ya la ‘sorpresa’ está anunciada y el título deba ganarlo necesariamente Bolivia, Venezuela, Perú o Ecuador.
La segunda ronda de partidos de la Copa América me parece puede indicar una tendencia del campeonato, más que la primera ronda, en la cual muchos equipos, favoritos o no, pueden estar todavía probando que planteamiento utilizar, que jugadores titularizar. Dudo mucho que en esta segunda ronda que se inicia con el partido Argentina-Colombia hoy, 6 de julio, la paridad se mantenga de manera tan constante, no solo en resultados, sino incluso en nivel de juego. Aunque tampoco descarto que uno o quizá dos de las supuestas ‘cenicientas’ del torneo de no solo más de un susto sino que incluso de muchas alegrías a sus seguidores, y por qué, a quienes les gustan las sorpresas.
Si hay algo que me parece cierto, más allá de que finalmente la final del torneo sea entre los clásicos de esta copa (Argentina vs Uruguay, Brasil vs Argentina, etc.), y es que salir a ganar partidos con la camiseta, porque X selección ha ganado mucho y otra poco o nada ya no es posible, por lo menos, en la mayoría de los casos. Los niveles tácticos y técnicos se han igualado mucho, especialmente en las grandes zonas futboleras del mundo, el nivel físico también es más parejo, incluso, algunas selecciones ‘menores’ pueden tener fortalezas físicas tan o más acusadas que equipos de mayor trayectoria.
Las pasadas eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2010 me parece un buen ejemplo de que en muchísimos aspectos el fútbol en Sudamérica se ha nivelado, y creo que más para elevar el nivel medio que para disminuirlo. Si ya Argentina o Brasil no ganan con tantísima facilidad, o incluso empatan ante rivales que se daba por descontado la victoria, no es porque esas selecciones se han vuelto mediocres de la noche a la mañana, más bien pienso que otras selecciones más modestas han ido creciendo a través del tiempo, con trabajo, con mayor seguimiento de planes trazados, por una mayor proyección de sus jugadores. Hace 15 años ver jugadores venezolanos o ecuatorianos en Europa, por poner un ejemplo, era infrecuente. Ahora es cada vez mayor el número de jugadores de estos países en diversas ligas europeas.
Sigo pensando que el campeón saldrá entre los equipos que indiqué al principio de este texto, incluso en ese orden, siempre y cuando se olviden de ganar con la camiseta a las ‘cenicientas’…que futbolísticamente en Sudamérica no abundan, a diferencia de Asia, África, incluso Europa.
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