Último partido de la Fase de Grupos de la Copa América 2011. Brasil vs Ecuador. El laureado equipo verde-amarillo con 2 puntos y la urgencia de la victoria o por lo menos el empate. Los ecuatorianos, con un solo punto, pero a pesar de todo con posibilidades de pasar a Cuartos de Final si lograban vencer a los brasileños.
Seis goles. Brasil arriba. Ecuador empata. Brasil de nuevo en ventaja. Ecuador (para ser más precisos, Felipe Caicedo) de nuevo empata. Se esperaban 30 minutos vibrantes, con la posibilidad incluso de que el gigante brasileño diese la sorpresa negativa y se quedase en la fase inicial, lo que hubiese significado un golpe demasiado doloroso para un país que es sinónimo de fútbol, del bueno, seguramente del mejor de la historia, que para eso tienen nombres ilustres como los de Garrincha, Pelé, Tostao, Sócrates, Romario, Ronaldo, Ronaldinho y compañía.
Pero el peso de las individualidades pesó más que las buenas intenciones de Ecuador, que puso empeño pero le faltó equipo, y no por falta de jugadores con talento, sino porque viven en un proceso (¿corto, largo?) de reconstrucción, porque hay jugadores que quizá ya no deberían estar pero están, otros que no estuvieron pero deberán estar, porque la línea defensiva se ofuscó con frecuencia, fue lenta, no anticipaba correctamente y porque al equipo le falta algo fundamental que pocas selecciones pueden superar –eso sí, esporádicamente- a menos que sea por la intervención de puras genialidades: les falta equipo a los dirigidos por Reinaldo Rueda. Que falta más que 11 hombres en la cancha para ser equipo, que no sobra entendimiento y cohesión, tampoco una identidad definida, que hasta hace pocos años si tenían los ecuatorianos. Por algo sus únicos dos Mundiales de Fútbol los consiguieron de manera consecutiva, los del 2002 y 2006.
Dupla de goles por parte de Pato y Neymar, un pase magistral de André Santos, algún pase providencial de Ganso y un partido espectacular de Maicon bastaron para darles a los brasileños un resultado abultado de 4-2, engañoso si se analiza el partido. Primero, por los dos goles de Ecuador, que tiró muy poco a puerta y porque fue débil, quizá menos que antes Paraguay y Venezuela, pero le falta la pegada para ser un equipo temible ofensivamente, a pesar de tener algunos talentos destacados en este aspecto, como Caicedo y Michael Arroyo, entre otros. Pero engañoso también porque de los 4 goles brasileños dos, quizá tres, fueron más obra de una mezcla de graves desatenciones defensivas de los ecuatorianos y de un oportunismo brillante de los brasileños. A Brasil le falta cohesión, pero, si les deja algunos espacios pueden sacar petróleo de ellos.
Como han dicho varios técnicos en la Copa América, el “verdadero” torneo comienza en Cuartos de Final. Si asumiéramos que es completamente cierto, entonces habría que asumir que a Brasil, plagado de estrellas en todas sus líneas, el tiempo no le sobra para demostrar que son un equipo compacto, ya que el 4-2 contra Ecuador tuvo mucha colaboración de errores y desatenciones de un equipo en reconstrucción (Ecuador) más que de un equipo acoplado y cohesionado. De todas maneras, apostar contra Brasil siempre es una empresa arriesgada ya que nunca faltan figuras que puedan resolver las falencias del juego colectivo.
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