La historia se repitió para Paraguay. Sin anotar un gol, pero también sin recibirlo, eliminaron a los venezolanos de la Copa América 2011 en las semifinales, como lo hicieron con Brasil en los Cuartos de Final. Y tanto se repitió la historia que los tiros al travesaño y a los palos impidieron primero a Brasil y luego a Venezuela anotar los goles que posiblemente hubiesen mandado a casa a Paraguay.
¡Ah! Y como , esta historia se repite en múltiples detalles, el portero Justo Villar fue héroe ta
mbién en la definición de los penales, parando uno de los lanzamientos de los venezolanos, mientras sus compañeros fueron perfectos en la definición de los penales.
¿Alguna otra coincidencia? Veamos...sí, otra más. Venezuela propuso más, se le vieron más las ganas y la voluntad de ganar en los límites de los 120 minutos jugados, y especialmente en los 30 del tiempo extra, en los cuales a los paraguayos se les veía con menor vigor físico que a la Vinotinto, seguramente por el desgaste del partido anterior contra Brasil.
La voluntad de seguir adelante como sea en el torneo, sumada a una suerte bárbara ante la falta de exactitud de varios tiros pegados a los palos y al travesaño por brasileños y venezolanos, permiten a los paraguayos llegar a la Final de la presente edición de la Copa América… ¡luego de cinco empates en cinco partidos!
Han disputado 15 puntos y han logrado una efectividad del 33 %, cifra que antes y después de esta Copa América es casi imposible que permita llegar a la final. Y de esos cinco empates tres han sido 0-0: el primer partido ante Ecuador en la fase de grupo y los de Cuartos de Final y Semifinales ante brasileños y venezolanos.
Cinco han sido los goles anotados y cinco los recibidos, todos en dos partidos: ante Brasil y ante Venezuela, pero en la fase de grupos. Y en ambos casos dejaron ir la victoria por dejarse empatar en los minutos finales. El más bochornoso de esos empates fue ante la selección venezolana, que le marcó dos goles en los cinco minutos finales, para terminar el partido 3-3.
Luego de 32 años Paraguay llega a una final. En 1979 la ganaban por segunda ocasión, luego de vencer a los chilenos. En el presente 2011 tienen la oportunidad de ganar su tercera Copa América, siempre y cuando puedan vencer o eliminar a los uruguayos en la final. Y digo “vencer o eliminar” porque si la historia se sigue repitiendo (lo que sería ya de película o novela de suspenso) eliminarían a Uruguay en penales luego de 120 minutos a cero gol y con tres o cuatro tiros a los palos o los travesaños de los Diego Forlán, Luis Suárez, Álvaro Pereira y compañía.
Ya más en serio, y sin cargarle el dado a Paraguay, hay que decir que si bien su fútbol ha ido de más a menos en este torneo (sus dos peores partidos han sido precisamente los dos en que han echado de la Copa a brasileños y venezolanos, compañeros ambos en la fase de grupo), la forma como llegan a la Final es completamente lícita, aunque su fútbol actual nos parezca a muchos –especialmente a los no paraguayos- muy poco atractivo, por no decir aburrido.
Que su potencial ofensivo no sea particularmente prolijo no ayuda demasiado a una apuesta ofensiva de esteticismo de parte de la selección paraguaya, como tampoco ayuda en nada que su su mejor delantero (Roque Santa Cruz) haya visto muy mermada su participación por lesiones.
Y aquí quiero apuntar algo: no desmerito en lo absoluto el defenderse como un arma para vencer o no ser eliminado,pero a pesar de las limitantes que ha tenido Paraguay en estos días (varios lesionados y algunos expulsados) me parece que era posible hacer un poco más en el aspecto ofensivo.
Quizá me equivoque, pero siento que los dos empates inesperados en la fase de grupos en los minutos finales acentuó la necesidad paraguaya de mantener su portería a prueba de goles como fuese en los partidos eliminatorios. Y lo que más me extraña es que esa necesitad reforzada fuese ante equipos que ya previamente había demostrado que podía marcarles: Brasil, a quien le hizo dos goles en su primer encuentro; y contra Venezuela, a quien le marcó tres cuando se vieron las caras inicialmente.
Los muchos tiros a los palos y al travesaño de brasileños y venezolanos en las instancias de Cuartos de Final y Semifinales salvaron a Paraguay en ambos partidos (la suerte sin dudas les acompañó), pero también es cierto es que hubo en ambos partidos claras intenciones de blindar los aspectos defensivos.
Si hubiesen llegado a la final empatando todos los partidos, pero anotando goles en todos ellos, quizá la imagen hacia la selección guaraní fuese ahora menos severa de parte de los imparciales…pero eso también hubiese significado que le hubiesen anotado en todos los partidos, y parece claro, visto lo visto, especialmente en los partidos eliminatorios, que intentar no encajar goles parece más realista que intentar hacerlos, a menos que fuese en contraataques aislados y con solitarios atacantes sin socios alrededor.
A mí entender Paraguay era uno de los cuatro principales favoritos para ganar la Copa América antes de iniciado este torneo (Uruguay lo tenía en la lista, por debajo de Argentina, a la que sobreestime por ser dueña de casa), pero pensé que de llegar los paraguayos a la final lo harían con mejor juego que el mostrado hasta ahora. Una pena, hasta cierto punto, porque por lo mostrado en los últimos Mundiales y en las últimas eliminatorias sudamericanas para la Copa del Mundo, la imagen de Paraguay había levantado mucha admiración. Algo de esa buena imagen parece que se ha perdido entre los imparciales por lo visto en este torneo, aun cuando terminasen ganando esta edición de la Copa América. Y es que no siempre conseguir títulos granjea prestigio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario