Qué el gol de Cristiano Ronaldo llegase al minuto 79
y que el marcador final fuese 1-0 pudiese parecer, para quien no viene el
primer partido de los Cuartos de Final de la Eurocopa 2012, un partido
equilibrado. Nada más lejos de la realidad.
Y es que hubo dos
actitudes muy contrapuestas en el terreno de juego. Mientras un equipo salió a
la cancha sintiéndose inferior y cuyos mejores argumentos era impedir que uno
de los mejores jugadores del mundo no hiciese el daño que finalmente logró, el
otro salió con ímpetu, con ganas de ser favorito para el torneo, de avasallar y
derrumbar el muro del rival, aunque no siempre fuese con los mejores
argumentos. Esa fueron las diferentes actitudes con que salieron checos y
portugueses a jugar.
Si bien es cierto que
de los 20 tiros portugueses solo cinco fueron al arco y que muchos de los tiros
fuera de portería eran más parte de la desesperación de no poder penetrar el
arco rival que lances de elevadas posibilidades, no menos cierto es que la
ambición por ir al frente, por marcar, por lograr la victoria, por no especular
con tiempos extras y mucho menos con la tanda de penales, fue de los lusos, no
de los checos, que a duras penas hicieron dos disparos, ninguno de ellas bajo
los tres palos, lo que evidentemente hizo que la presencia del portero
portugués fuese casi testimonial. Hasta daba la impresión de que si el arquero
Rui Patricio se hubiese ausentado 15 ó 20 minutos del arco aún así los checos
hubiesen ignorado la portería.
La ambición portuguesa
fue tan grande y el temor checo tan palpable que los lusos dominaron la
posesión del balón (56 %), a pesar de ser el equipo de los que compiten en
Cuartos de Final que menos tiempo tuvo el balón en la fase de grupos. La
ambición fue de todo Portugal y de todas sus líneas, pero si en alguien pudiese
personalizarse esas ganas enormes de ganar es el Cristiano Ronaldo, que marcó a
la perfección un saque de esquina batiendo a Petr Cech, un portero muy difícil de vencer. CR7 luchó como una
fiera, que a la postre fue imposible de domar por los defensas checos.
No es que los checos no
intentasen llegar de cuando en vez, sino que la defensa portuguesa trabajó muy
bien (apenas 7 faltas cometidas) en la mayoría de las esporádicas incursiones
checas, generalmente de jugadores que atacaban en solitario. A los escasos
ataques de la República Checa contribuyó de manera decisiva, no solo en este
partido sino en el torneo, la inoperancia de Milán Baros, que alguna vez brillase
en este torneo.
Después de iniciar
perdiendo contra Alemania, los triunfos consecutivos ante Dinamarca, Holanda y
República Checa llevan a portugueses a las semifinales, donde esperan duelo
antes españoles o franceses. Sigo pensando que España o Francia son superiores
como equipos a Portugal, pero también pienso que un equipo que juegue con las
ganas, el ímpetu y el hambre de gloria con que han jugado los portugueses hasta
la fecha puede enfrentar con reales posibilidades de éxito a cualquier adversario.
Además, no todos los equipos tienen a un Cristiano Ronaldo (que no es santo de
mi devoción aunque sea un grandísimo jugador), incluso a un Pepe, que sin las
atrocidades que de vez en cuando comete, puede jugar al más alto nivel en
defensa.
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