Italia, siempre la sufrida Italia. Si hay algo que caracteriza a la selección Azzurra es una alta cuota de agonía, aún cuando ganen, aún cuando tengan cuatro Mundiales ganados.
Y la Copa Conferaciones 2009 no iba a ser la excepción. El primer enfrentamiento de los dirigidos por el técnico ganador del Mundial 2006, Marcello Lippi, sería Estados Unidos. Mal recuerdo. Fue también el primer rival de los italianos en aquel Mundial de Alemania, y los norteamericanos le sacaron un empate a un gol, en un partido duro, trabado y mal jugado.
Y mal jugado fue el primer tiempo para los Azzurri. Sin ideas, con descoordinación en la llegada al gol, con un penal inocente de un buen defensa, Chiellini, los Estados Unidos se iban adelante 1-0. Gilardino y Iaquinta en la punta no funcionaban, ni por separados ni como pareja de ataque. Es posible que sea la última vez en este torneo que veamos a ambos jugadores juntos en la delantera iniciando el partido.
Entre las razones para pensar que esto no ocurrirá de nuevo, aparte de que fueron como dupla ineficientes, es que Italia tiene a un joven jugador nacido en los Estados Unidos (en New Jersey) y estrella en la Liga Española, llamada Giuseppe Rossi, que significa buena parte del futuro de la selección italiana en el aspecto ofensivo.
Además, aunque Luca Toni hace tiempo no está fino con la selección (su aporte fue literalmente cero en la pasada Eurocopa), Italia no cuenta actualmente con otro delantero lo suficientemente mortal en el juego aéreo como se supone es efectivo Toni. Por lo menos en el Bayern Munich lo es.
El primer tiempo fue aburrido y de bajo nivel, no solo para Italia, sino también para los norteamericanos, que cuentan con un jugador muy interesante, Landon Donovan (que no entiendo porque no juega en Italia, España o Inglaterra, talento le sobra), pero un jugador solo no hace una selección (lo de Maradona en el Mundial de 1986 es un caso literalmente irrepetible).
El segundo tiempo inicio con la urgencia italiana de buscar el empate, y luego, irse adelante. Perder ese partido podía casi condenarles a no pasar la fase de grupos, tomando en cuenta que le quedaba medirse a Brasil, que no es el Brasil de los años ’70 ni el Brasil ganador del Mundial del ’94, sin dudas, pero de los brasileños es mejor no fiarse nunca. Y también tiene que vérsele Italia con Egipto, que ante lo visto en el partido que perdieron ante los brasileños, parecen tienen argumentos suficientes para complicar a un “grande”, y quizá hasta dar la sorpresa en este torneo.
La voluntad de empatar era notoria por parte de los italianos, pero las ideas y el performance general del equipo no invitaba a grandes hazañas, aunque, les ayudaba bastante que Estados Unidos de escasas garantías defensivas y un control de balón algo caótico. Las sustituciones estaban cantadas, y Lippi supo interpretar el momento del partido. No realizó inicialmente una sustitución, sino dos: entraron Riccardo Montolivo (Fiorentina) y Giuseppe Rossi (Villareal), y salieron Gatusso y Camoranessi, que no tuvieron una tarde particularmente brillante.
Las entradas fueron efectivas, y la prueba es que poco después de entrar al campo Rossi le robó un balón a un rival poco después del medio campo, avanzó algunos metros y lanzó un zurdazo fenomenal ante el cual nada pudo hacer el portero Tim Howard. Unos 15 minutos después Daniele de Rossi –jugador fundamental en el centrocampo azzurro- lanzó también, pero con la derecha, un tiro fuerte y bien colocado al palo izquierdo del portero norteamericano. 2-1 para Italia.
Los minutos finales del partido fueron quizá lo mejor del partido, ya que era un ida y vuelta (con algo de desorden, hay que admitir), en el cual los italianos tuvieron dos magníficas oportunidades de rematar el partido y colocar un par de goles más, pero en ambas ocasiones Howard tuvo intervenciones prodigiosas. También Estados Unidos tuvo alguna oportunidad, pero los norteamericanos, muy fuertes en su federación, la CONCACAF, no están aún al nivel de competir de igual a igual con escuadras del peso histórico de Italia.
Como no hay tercero malo, pues vino el tercer gol italiano, luego de una internada por el sector izquierdo de la cancha de Andrea Pirlo –el que mejor sabe tocar el balón en la selección azzurra-, y casi desde la línea de fondo da un pase al centro del área chica y con un zurdazo a boca de jarro se sentenció totalmente el partido en el minuto 4 del descuento. ¿El autor?: ¡Giuseppe Rossi!
El 4-1 ó 5-1 a favor de Italia hubiese sido excesivo dado lo mostrado por los transalpinos (quizá hasta el 3-1 final lo haya sido), pero Italia ganó por oficio, por competitividad y gracias también a cierta ingenuidad que posee el fútbol norteamericano al enfrentarse a selecciones de alto nivel. De todas maneras, Italia sacó el triunfo, aunque le espera un Brasil siempre hambriento de títulos y un Egipto que tuvo pasajes memorables en su derrota ante Brasil.
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