Desde el martes 9 de junio la euforia en las calles, especialmente en las avenidas alrededor del Estadio Atahualpa de Quito era evidente. Las camisetas no oficiales de la selección ecuatoriana, con el amarillo como color preponderante, eran vendidas por doquier por los vendedores ambulantes. La prensa, tanto escrita como televisiva, daba al Ecuador un favoritismo que parecía mayúsculo ante la categoría del rival a vencer el miércoles 10 de junio: Argentina.
La euforia estaba matizada por el triunfo ecuatoriano sobre el Perú el domingo anterior, en Lima, con marcador de 2-1. La tricolor había iniciado las eliminatorias sudamericanas al Mundial 2010 de muy mala manera, acumulando escasos puntos en sus primeros partidos, y con el mal augurio de haber perdido en Quito ante la “Cenicienta” sudamericana: Venezuela.
Sin embargo, la marcha en las últimas jornadas de Ecuador invitaba al público local a pensar y soñar que a la Argentina dirigida por Maradona y con figuras del calibre de Messi, Carlos Tévez, Javier Zanetti y compañía se le podía vencer.
Para el partido, programado a las 4:00 p.m. hora local, fue afluyendo público durante toda la mañana, con la intención de ocupar los mejores puestos. La entrada al estadio oficialmente estaba programada a las 11:00 a.m. y desde esa hora el público fue entrando con el sueño mundialista en sus cabezas y corazones. Casi dos horas antes del partido el estadio estaba casi repleto, y el color que se divisaba en todas partes era el amarillo, el cual fue perdiendo peso ante los paraguas y fundas plásticas de diversos colores que utilizaron los aficionados en la medida en que la lluvia fue tomando protagonismo en la previa del partido.
Ya empezado el encuentro se vio a una Argentina decidida a tomar el timón del encuentro, teniendo las mejores y más claras posibilidades de gol en los primeros 45 minutos. La dupla Messi-Tévez accionaba con peligro constantemente, teniendo Messi incluso una posibilidad casi perfecta para marcar al afrontar al portero Marcelo Elizaga por el primer palo y con un defensa atrasado. Por poco el tiro salió fuera, desaprovechando una de esas oportunidades que difícilmente en la maquina futbolística llamada FC Barcelona Messi hubiese desaprovechado. Dicha dupla también fue la causante del penal a mediados del primer tiempo: un pase de Messi lo conduce bien Tévez, el cual es embestido por el portero ecuatoriano en la entrada del área chica. Penal canta el árbitro chileno del partido, Carlos Chandía, el cual, hay que anotar, tuvo un papel no muy decoroso a través del partido.
El marcador parece que se abriría. El 0-1 a favor de Argentina flotaba en el aire húmedo y lluvioso de Quito. Lanzamiento bajo y al palo izquierdo del portero por parte de Tévez, el cual es despejado, y luego Messi ante el rebote solo pudo lanzar un tiro desviado muy por encima de la portería. Vale decir que el portero ecuatoriano Marcelo Elizaga tiene apenas un par de años nacionalizado, y que su país de origen es… ¿adivinaron?... ¡Argentina!
El portero de la selección de Ecuador no solo fue decisivo en la parada del penal, sino también en varias jugadas más, una de ellas un gol casi cantado ante un tiro a boca de jarro en el segundo tiempo de Fernando Gago en el segundo tiempo, quien literalmente no podía creer que una chance como esa pudiera desperdiciarla.
Mayor dominio de las posibilidades de gol tuvo Argentina en el primer tiempo, incluso con posibilidades reales (recuerden el penal fallido) de irse al vestuario con un 2-0 arriba (recuerden también el mano a mano fallado por Messi). Si bien mayor dominio argentino hubo en el primer tiempo, no puede catalogarse de malo el juego ecuatoriano en el primer tiempo. Hicieron lo que saben hacer y hacen quizá mejor que nadie: el toque corto, controlado, avanzando tanto por las bandas izquierdas como derecha. Ecuador es un equipo hecho y diseñado, no solo por las directrices de su director técnico sino también por las características de sus jugadores, para el dominio del balón. Sin el balón en sus pies Ecuador es un equipo que sufre, como lo demostró las innúmeras veces en que tras Messi recibir un pase o conducir desde el medio campo el balón llegaba con relativa facilidad a las inmediaciones de la portería ecuatoriana.
Tras el fallido gol de Gago en condiciones inmejorables poco fue lo que aportó Argentina en el resto del partido. Igual los cambios hechos por Maradona fueron tardíos en su mayoría. Tanto la entrada de la “Brujita” Verón como del recio delantero Diego Milito fueron realizados con muchos minutos de tardanza respecto a los resultados esperados por estas sustituciones. Igual fueron hechas después del minuto 72, en el cual el Estadio Atahualpa fue un solo grito de “Gooooool” tras un zapatazo monumental fuera del área de Walter Ayovi (jugador del Monterrey de México), tras una secuela de rebotes e indecisiones de la defensa argentina. El segundo y lapidario gol fue 11 minutos después, obra del delantero Pablo Palacios, dentro del área, tras nuevas desatenciones defensivas de la defensa albiceleste.
Las oportunidades argentinas, básicamente en el primer tiempo (¡incluida un penal!) no las supo aprovechar. La oportunidades ecuatorianas fueron aprovechadas a cabalidad, incluso dejando un marcador que no demostraba en el papel el buen desempeño argentino en la mitad del partido. Un punto a favor de la defensa argentina fue que las numerosas ocasiones de balón aéreo –muy típicas de la ofensiva ecuatoriana, la cual juega mucho por las bandas- fueron una y otra vez despejadas por los argentinos. Lo que hicieron bien con la cabeza lo hicieron mal con los pies: ambos goles ecuatorianos tuvieron como preámbulo deficientes manejos defensivos con balones por tierra.
Tras el segundo gol ya no hubo partido. El resto del tiempo fue un puro trámite ecuatoriano para sellar otra victoria que le colocaba temporalmente en el quinto puesto, el cual permite a quien finalmente ocupe esa posición en Sudamérica luchar en el repechaje contra el cuarto clasificado en las eliminatorias de la CONCACAF, que agrupa a las confederaciones de América del Norte, Caribe y América Central. El empate uruguayo posteriormente ante Venezuela dejaba a Ecuador en solitario en el quinto puesto, y a solo dos de Argentina, cuando faltan aún cuatro fechas y 12 puntos en juego para finalizar las eliminatorias de América del Sur.
Ecuador, que empezó estas eliminatorias peor que nadie en Sudamérica, se ha ido recuperando poco a poco hasta llegar a las instancias últimas con reales posibilidades de ir al Mundial por tercera ocasión consecutiva. Y las posibilidades en el tramo último parecen ser accesibles. Si bien tres de los cuatros últimos partidos de Ecuador son en la ruta, dos son contra rivales de poco gol (Colombia y Bolivia) y uno de ellos contra la gran revelación de estas eliminatorias, Chile, un rival que para la última fecha de las eliminatorias, la número 18, ya deberá estar seguramente clasificado para el Mundial (actualmente es segundo, tras Brasil).
La tricolor empezó muy mal pero puede terminar bien estas largas eliminatorias. Incluso, con algo de suerte podría aspirar al cuarto puesto que hoy ocupa Argentina, y que le daría el pase directo a Sudáfrica sin necesidad de repechaje ni contra Honduras, ni El Salvador, ni México o cualquier otro rival. Cuidado argentinos, que su pase al Mundial no es asignatura aprobada aún, a pesar de los tantas y brillantes individualidades.
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