La Copa Confederaciones 2009 finaliza el 28 de junio, pero para Italia ya está terminada. Y quizá sea lo mejor para la selección Azzurra: un pase a semifinales ante España podía significar otro capítulo negativo más para sumar a la patética y frustrante participación de la tetracampeona del mundo en este torneo.
El modulo elegido por el Director Técnico italiano, Marcello Lippi del 4-3-3 es fatal para Italia, en detrimento del tradicional 4-4-2. En todo caso, para jugar con efectividad y sin resentir demasiado ni el medio campo ni la defensa debería tener un trecuartista o jugador de enganche entre los delanteros y el medio del campo, alguien como Alessandro del Piero, Francesco Totti o Antonio Cassano. Ninguno de los tres fue convocado para este torneo.
Una posibilidad –poco profesional por cierto- es que Italia no hubiese puesto el empeño suficiente por tratarse de un torneo “menor” en comparación con un Mundial o una Eurocopa. Digo poco profesional porque si esto fuese cierto entonces Lippi debió probar con varios jugadores jóvenes o algunos que no tan jóvenes pueden rendir más en la selección que muchos de los regulares.
Por citar algunos nombres de jugadores veteranos pero aún útiles y otros jóvenes con enorme potencial que no fueron convocados o siendo convocados no jugaron ni un segundo, menciono algunos: Francesco Totti, Alessandro del Piero, Antonio Cassano, Giampalo Pazzini, Sebastian Giovinco, Mario Balotelli, Davide Santon, Gaetano D’Agostino, Alberto Aquilani y Di Vaio. A ellos se les pueden sumar el ex centrocampista del Barcelona, el brasileño Thiago Motta, con pasaporte italiano. El delantero de la Juventus Amauri también tiene o está pendiente del pasaporte italiano. En el caso de este último es un 9 contrastado, algo de lo que carece Italia actualmente.
Otros jugadores que podrían ser parte del futuro azzurro, o por lo menos ser probados para confirmar o no su valía con la camiseta de la selección italiana son: Sergio Floccari (Atalanta, 12 goles en la pasada Serie A), Giuseppe Mascara (Catania, 12 goles en el campeonato pasado), Christian Maggio (Napoli, lateral), Sergio Pellissier (Chievo, 35 goles en los últimos dos campeonatos italianos), Alessandro Gamberini (Fiorentina, defensa), Domenico Criscito (Genoa, defensa, tres goles el pasado campeonato), Cristiano Zanetti (centrocampista, Juventus), Claudio Marchisio (centrocampista, Juventus), Fabrizio Miccoli (atacante, Palermo, 14 goles la estación pasada) y Matteo Brighi (centrocampista, Roma). A estos jugadores habría que sumarle al delantero Marco Borriello (Milán), quien tuvo poco juego este año debido a las lesiones, apenas 6 partidos. En el 2007-2008 marcó 19 goles con el Genoa.
Y por citar cito también jugadores que jugaron en esta copa, algunos todos los partidos, y que no están para seguir en la selección, o por lo menos, no deben estar de manera incondicional a menos que muestren que en cada momento son las mejores opciones para sus respectivos puestos: Luca Toni, Fabio Quaguiarella, Vincenzo Iaquinta, Fabio Cannavaro, Gianluca Zambrotta, Nicola Legrottaglie y Gennaro Gattuso, entre otros.
Algunos apuntes a favor y en contra:
Davide Santon: joven defensor lateral que debutó este año de la mano de su entrenador, el polémico José Mourinho, en un equipo –el Inter- donde brillan muchas estrellas extranjeras y literalmente ningún italiano. A pesar de contar con apenas unos 18 ó 19 años mostró una serenidad, calidad y profesionalidad encomiable.
Giampaolo Pazzini: uno de los delanteros más en forma en los últimos meses de la Serie A italiana. Creció mucho en la Sampdoria, en gran medida favorecido por el juego de Antonio Cassano y por la frecuencia de juego que no consiguió en su anterior equipo, la Fiorentina.
Antonio Cassano: uno de los pocos jugadores ofensivos italianos capaz de ofrecer fantasía, algo muy carente en los últimos años en la selección italiana. Es cierto que su carácter ha sido históricamente su Talón de Aquiles, pero ya sea por madurez imprimida por el tiempo o por buenos consejos ha mejorado mucho ese aspecto, teniendo este año una temporada destacable en Italia. A Lippi le fastidia su carácter, pero más debería fastidiarle la nulidad ofensiva de jugadores que ha mantenido en la selección, como el impresentable Luca Toni, un gigante sin gol.
Alessandro del Piero y Francesco Totti: no son idénticos, pero pueden aportar aún a la selección cosas importantes, aún cuando sea viniendo desde el banquillo. Ambos han sido líderes indiscutibles de sus equipos por años (¿quién es o son los líderes en la Italia actual, más allá de Gianluigi Buffon?), tienen fantasía y capacidad técnica sobrada (ambos aspectos estuvieron muy ausentes en este Copa para los Azzurri), y ambos son completos maestros en el manejo a balón parado (¿luego de Andrea Pirlo, quien en este equipo puede lanzar un tiro libre?).
Mario Balotelli: Junto a Santon, de los poquísimos italianos relevantes en un equipo que hace honor a su nombre –Internazionale- y donde pocos italianos tienen cabida, de ahí que en la selección azzurra el aporte del Inter sea casi nulo. Jugador con mucha técnica, velocidad y gol, tanto de jugada como a balón parado. Su carácter no es necesariamente el mejor, pero tiene hambre de triunfo, algo de lo que carecen o se olvidaron varios jugadores de la actual selección italiana.
Sebastian Giovinco: Apodado la hormiga atómica, es un jugador con fantasía, velocidad y liderazgo. Poco juego recibió este año en la Juventus dirigida por el poco exitoso Claudio Rainieri. Algunos argumentaran que no podía ser convocado si jugaba muy poco en su equipo, pero bajo ese mismo argumento Vicenzo Iaquinta –también de la Juventus- no debió ni estar en el banquillo de la selección y estuvo incluso como titular.
Alberto Aquilani: Jugador de enorme talento, y que se entiende a las maravillas con Daniele De Rossi (ambos juegan en la Roma), uno de los pocos insustituibles en esta selección, más allá de que no haya tenido una presentación estelar en este torneo. Pero, ¿qué italiano tuvo un papel estelar en esta Copa Confederaciones? Quizá Giuseppe Rossi, con sus dos goles contra Estados Unidos en poco más de 30 minutos de juego. Es cierto que Aquilani jugó poco este año por lesiones, pero es también cierto que estuvieron convocados Gattuso y Camoranessi, que también tuvieron poco juego por las lesiones el pasado campeonato.
Thiago Motta: Uno de los pilares de uno de los mejores equipos del pasado campeonato italiano, el Genoa. Siempre ha sido un jugador de calidad y carácter. Su juego en Barcelona se vio mermado en gran medida por las continuas lesiones que hicieron fracasar su regularidad como jugador. Pero sano es un hombre fuertísimo en el medio campo, incluso con gol en sus botas. Podría ser el sustituto ideal para un Gattuso que parece ha agotado ya sus potenciales aportes a la selección.
Genaro Gattuso: Es cierto que vino de jugar muy poco este campeonato debido a graves lesiones, pero no menos cierto es que también lo mostrado por el aún jugador del Milán fue deplorable. Poca presión en el centro del campo, que es y ha sido históricamente su principal –o quizá única- carta de presentación en el escenario futbolístico. Si no está acabado como jugador para la selección, está muy cerca de estarlo.
Fabio Cannavaro: Es un defensa al que todos los años del mundo no bastarán por agradecer lo mucho que ha dado a los Azzurri y lo fundamental que fue en la consecución del Mundial 2006 en Alemania. Pero el tiempo pasa, y no para algunos, sino para todos. Cannavaro es casi un fantasma de lo que fue, y especialmente después de su paso por el Real Madrid, que literalmente no le sumó nada en el aspecto deportivo, más allá de un par de títulos de ligas que no entran ni por asomo en los grandes momentos del club blanco. Lento, relativamente fácil de superar, aún tiene algo de pólvora, pero demasiado humedecida. Lo mismo que planteo sobre Cannavaro pudiera decir de Gianluca Zambrotta. Piezas fundamentales de éxitos no muy lejanos de la selección italiana, quizá la mayor contribución que podrían hacerle a la selección que ellos ayudaron a llenar de gloria en un momento determinado es anunciar sus retiros. Paolo Maldini se retiró de la selección 7 años antes de su retiro definitivo como jugador, antes, mucho antes de que llegase el momento de que le hicieran saber o le pidiesen de manera explícita que se fuera. Claro, estoy hablando de Paolo Maldini, un fuera de serie en todos los aspectos.
Nicola Legrottaglie: Excelente si fuese titular en un equipo de media tabla, no en la Juventus ni mucho menos en la selección italiana. No hay mucho que decir, más allá de que está claro que tener que mencionarlo como jugador de la selección es un error de quien o quienes decidan que deba vestir la camiseta azzurra.
Fabio Quaguiarella y Vincenzo Iaquinta: Ambos descollaron en el Udinese, equipo que forma buenos jugadores pero produce pocos fenómenos. Delanteros adecuados, pero nada extraordinarios. No aportan nada mejor que lo que aportan o podrían aportar Giuseppe Rossi, Balotelli, Gilardino, Di Vaio y Amauri (si finalmente juega con Italia). Totti y Del Piero, a pesar de exceder los 30 años, ofrecen más garantías que estos delanteros.
Luca Toni: Lo peor de Italia. Delantero de una sola virtud (el juego aéreo) y que hace mucho tiempo en la selección en una nulidad completa. Gran parte de la destitución de Roberto Donadoni tras la pasada Eurocopa se debió a la nula contribución de este jugador, incapaz de marcar aunque fuese un triste gol en aquel torneo. Torpe a más no poder con los pies (la antítesis de otro gigante espectacular, Zlatan Ibrahimovic), y ya con algunos años a cuesta. Para tener a un delantero con tantas limitaciones ocupando un puesto en la selección, ¡incluso siendo titular!, mejor sería tener al poco técnico pero eterno cazador de goles en el área, Filippo Inzaghi. Ninguno de los dos está para selección, pero si hubiese que elegir entre los dos, pues, Inzaghi.
Reforma o revolución: el camino actual no lleva ni siquiera al infierno
Seguramente a Italia no le sobre el talento como si le sobra en los días que corre a España, y en menor medida a Brasil y, aunque parezca extraño por lo mal que van en las Eliminatorias Sudamericanas, a Argentina. Pero Italia hoy por hoy cuenta con talento para haber hecho un papel más que decente y no miserable y patético en esta Copa Confederaciones.
Ya he mostrado los nombres de algunos jugadores con mucho por aportar a la selección azzurra, y también los nombres de algunos jugadores que deberían pensar que su contribución a la selección ya fue hecha y poco o nada pueden seguir aportando. Y no es solo cuestión de nombres, sino también de capacidades y posibilidades de aportar en cada momento, de ganas de alcanzar lo no alcanzado aún. Estoy seguro (aunque ya no haya forma de probarlo) que jugadores como Balotelli, Giovinco, Pazzini y Giuseppe Rossi (con mayor continuidad) hubiesen aportado mucho, mucho más que algunas “vacas sagradas”.
Quizá la Italia última campeona del mundo debería olvidarse del Mundial 2006, y pensar que al finalizar cada torneo el importante es el próximo, no los pasados, ni siquiera cuando se han ganado. Si Ronaldinho fuese italiano seguramente estuviera jugando todos los torneos, pero es brasileño, y los brasileños pueden ser muy agradecidos con sus héroes, pero son más realistas y piensan más en lo que cada jugador puede aportar en el momento presente y no en lo que ya aportó. Quizá Brasil deba ser el modelo inmediato para Italia, o España, que con dos Eurocopas a cuesta y ningún Mundial tienen tres años jugando con una efectividad y orgullo como si los laureles de brasileños o italianos hubiesen sido los españoles quienes lo hubiesen conseguido.
Si los italianos no quieren entrar en la categoría de fantasmas de sí mismos, deberán a partir de hoy mismo realizar profundas reformas o quizá una revolución futbolística a nivel de selección. Al fin y al cabo el Mundial 2010 está a un año solamente…¡y los italianos no han asegurado aún su participación! Si tienen muy buenas oportunidades para estar, ¿pero para qué? ¿Para luchar por la Copa del Mundo como se supone les corresponde por historia, por títulos, por juego? ¿Para participar y foguear a jugadores que deberán ser las principales opciones en los próximos 4-5 años? Y si se determinase que no hay tiempo suficiente para armar un equipo realmente competitivo de cara al próximo Mundial sino de cara a la Eurocopa del 2012 o el Mundial 2014, ¿no era en todo caso este torneo propicio para foguear al futuro de la selección y no al pasado? ¿No era la Copa Confederaciones para irles dándoles paso y confianza a los Giovinco, Balotelli, Santon y compañía?
Mal papel de los veteranos más cerca del retiro de la selección que del futuro de la misma, pero tampoco espacio para hacer crecer los jugadores que deberán ser la materia prima de la selección azzurra del presente inmediato y el futuro. En definitiva, una Copa Confederaciones fatal para los italianos, tanto en el campo deportivo como en el de la planificación. Todas las líneas fracasaron en esta Copa: la ofensiva, solo tres goles en tres partidos, y los tres goles en el segundo tiempo contra Estados Unidos; la línea de mediocampistas, con poca presión, poco pase y poca creación; y la de la defensa, con mucha imprecisión y poco achique, algo que se suponía natural por la historia futbolística de Italia.
¿Cabe la posibilidad de que el problema sea más que de calidad de los actuales integrantes de mentalidad y motivación? Podría ser, pero entonces, ¿porque Brasil, por citar el mejor ejemplo, literalmente nunca le falta la motivación para luchar por todos los títulos, aún aquellos de “poco nivel”, como la Copa Confederaciones? Puede ser que sea un problema de cansancio luego de tantos meses jugando, pero, ¿y los españoles –que están haciendo un gran torneo-, no juegan tanto o más que los italianos?
La selección –la italiana o cualquiera- no puede ser un patrimonio eterno para ningún jugador. Si un jugador, por más que haya aportado previamente, no está en un momento determinado con el nivel para jugar con la selección, pues que no juegue. Y si luego demuestra que ha vuelto a tener el nivel adecuado y deseable, pues que vuelva a jugar en la selección nacional, en este caso azzurra. Si en ocho meses, por ejemplo, Gattuso o Zambrotta están en capacidad de ser nuevamente fundamentales, que vuelvan, pero ahora están para dar paso a otros jugadores.
No está del todo mal que Brasil hubiese humillado a Italia y la sacase del torneo, porque, si Italia, por la mezcla de resultados hubiese pasado a semifinales y hubiese perdido de España como perdió en la última Eurocopa, en penales, después de 120 minutos sin goles, muchos hubiesen justificado a la selección italiana diciendo que no hubo suerte, que los penales son una lotería. Lo único positivo de esta pobre y vergonzosa participación italiana en este torneo es que no hay manera de que no hayan cambios que se presuman deban ser positivos. No hay forma, ninguna, de plantear que este orgánico, tal como está diseñado, es óptimo para participar en la Copa del Mundo 2010. Las reformas o la revolución en la selección italiana ya es un anuncio a voces. Habrá que ver que tan valiente, realista, mesurado, autocrítico y determinado es Marcello Lippi y/o la Federación Italiana de Fútbol…aún sin Lippi.