Hay jugadores mediocres, regulares, buenos, muy buenos y excelentes, estos últimos, los denominados cracks. Pero hay también jugadores que van de equipo en equipo, a veces por geografías distintas, y otros, los menos, que debutan y se retiran vistiendo una misma camiseta.
Esto último es difícil en varios deportes, especialmente en los tiempos que corren, donde hay dinero en abundancia en varios deportes, y donde los resultados (los victoriosos, lógicamente) se exigen casi al vapor.
Jugadores de excelencia como Roberto Baggio fueron trotamundos, tanto como para vestir la camiseta de los tres grandes históricos del fútbol italiano –Juventus, Milán e Inter-, incluso la camiseta viola de la Fiorentina, otro equipo de gran tradición en la península itálica. Otro italiano, Vieri, jugaba literalmente en un equipo por año durante una década.
Otros, como el gran defensa Franco Baresi dijeron adiós exactamente en el mismo sitio donde empezó a echar los dientes como jugador: en el Milán. Exactamente en ese mismo equipo se retirará este año –eso es lo que se presume- otro gran defensa, símbolo de excelencia deportiva, Paolo Maldini.
No es Italia el único lugar donde grandes jugadores han hecho toda su carrera con un solo equipo (y seguramente la hagan por completo en el caso de algunos jugadores en activo), pero si uno de los lugares donde más frecuentemente ocurre. Alessandro del Piero difícilmente se retire vistiendo otra camiseta que no sea la de la Juve, al igual que ocurrirá seguramente con Francesco Totti, a quienes pocos imaginamos jugando con otro equipo que no sea la Roma.
Otro de esos ejemplos notables –pero ya fuera de Italia- es Raúl González Blanco, alías Raúl, quien ha vestido toda su carrera profesional en el Real Madrid a pesar de haber sido descubierto por el archi-rival Atlético de Madrid.
Jugar toda la carrera profesional con un solo equipo no es necesariamente sinónimo de grandeza y excelencia. Tanto puede ocurrir una cosa como la otra. Maradona, Johan Cruyff, Zidane, Ronaldo (el brasileño, el antaño fenómeno) y muchos más han circulado o circularon por varios equipos. En muchos de los casos mencionados son jugadores o procedentes de países fuera de Europa Occidental o de naciones europeas con ligas a un nivel más bajo que las existentes en Italia, España e Inglaterra; jugadores que ven enormes oportunidades de progreso, tanto deportivo como económico, mudándose a algunos de los equipos de las ligas más potentes de Europa.
Y es natural. Si juegas, por ejemplo, en el Milán –como Maldini-, uno de los grandes equipos de la historia, ganando buen dinero, en una de las ligas más importantes (en los años 90 era sin discusión la mejor), y ganando títulos con frecuencia, pues es difícil plantearse irse a otros equipos. Al fin y al cabo, si juegas en el Milán o la Juve pues no hay mucho atractivo en irse a otros equipos, a menos que esos otros sean el Barcelona, el Liverpool, el Real Madrid, y unos pocos más.
Claro está, no todo depende de los jugadores, depende también de que la directivas de esos equipos estén satisfechos año tras año con el rendimiento de esos jugadores, de que se consideren insustituibles o en extremo necesarios, de buen feeling con la comunidad, con los fanáticos, de que nadie venga a ofrecer un dinero imposible de rechazar por x jugador. En fin, es literalmente imposible que un jugador debutante prediga que jamás vestirá otra camiseta. Pero lo cierto es que esos jugadores (dependerá de muchos factores) se convierten y convertirán en símbolos históricos de esos respectivos equipos, más allá de los muchos o pocos títulos conseguidos.
de mis favoritos de todos los tiempos junto con varios defensores más, de esos que salen una vez cada 100 años... por ejemplo, ese número 3 del Real Madrid hasta hace un par de temporadas, aunque no jugó con una sola camiseta, duró 11 años allá y bueno... tremendo. hace poco declaró que si Florentino Pérez vuelve a la Casa Blanca, él también volviera...
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