Precisamente
en el momento en que España llegaba
con más dudas en sus capacidades ofensivas fue cuando los españoles hicieron su
partido más brillante en toda la Eurocopa 2012: en la final.
Jordi Alba, autor del segundo gol. |
España
llegaba al encuentro como favorita ante Italia, pero a excepción del partido
contra Irlanda, a la cual venció 4-0 en la ronda de grupos, en todos los demás
partidos los goles habían sido una asignatura pendiente. Pero el lapidario
resultado ante quizá la peor selección de esta Eurocopa fue exactamente el
mismo resultado que consiguió contra una de las selecciones históricas y una de
las que más espectáculo ofrecía: la Italia cuatro veces campeona del mundo.
El
fútbol tiene ciclos, tanto a nivel de clubes como de selecciones. Si entre 1958
al 1970 Brasil ganaba 3 mundiales
siendo el ciclo de éxitos más prolongado de la historia, los españoles
sencillamente están desde hace 4 años en un sitial en que miran a todos los
demás desde arriba.
Nadie
puede adivinar cuanto más estará España en el más alto escalón, pero por la
edad de muchos de sus jugadores y la enorme experiencia de triunfos que tienen
es desde ya una de las grandes aspirantes al título del Mundial 2014. No todos
lo que están hoy estarán, pero varios que no estuvieron en la Eurocopa 2008 o el Mundial 2010 están y dieron mucho impulso y buen juego a la
selección española. Uno de los mejores ejemplos es Jordi Alba.
Si
hay capacidad de ir llenando los huecos que vayan apareciendo con el tiempo, el
bajón en el nivel de jugadores puntuales, lesiones y naturales retiros de la
selección por motivos de edad, España puede estar en la élite por largo tiempo,
dejando muy atrás las décadas de medianía en que una y otra vez fracasaban en
abandonar.
Italia le disputó la
posesión del balón, pero de manera improductiva
Que
a una España que ha hecho de la posesión del balón una su arma principal, tanto
ofensiva como defensiva, en los últimos 4 años, se le arrebate un 48 % del
tiempo de juego el esférico podría haber sido visto como un éxito rotundo,
siempre y cuando no te encajen 4 goles y te hagan ver como un equipo rendido en
los últimos 30 minutos del partido.
La
posesión de la pelota estuvo casi a la par, pero la circulación del balón
cuando la tenía España era mucho más fructífera, tenía mucho más lógica la secuencia
de pases y muchísima más productividad sus ataques. Los españoles hicieron 14
disparos, de los cuales 9 fueron a puerta, y de estos 4 se convirtieron en
goles, todos dentro del área, todos con los atacantes solos frente a Gianluiggi Buffon. Meter 4 goles de 9
disparos francos bajo los tres palos es claramente una muestra contundente de
efectividad.
Pero
es que esa contundencia estuvo cimentada en gran medida en la gran visión de
juego del mediocampo y la increíble precisión de los pases. La asistencia recibida
por Jordi Alba mientras se colaba entre dos defensas italianos es una muestra
fehaciente de esta efectividad.
Buffon y Casillas, los capitanes de Italia y España |
Los
italianos también atacaron -11 disparos, 6 a puertas- y crearon peligro,
especialmente en el primer tiempo. Pero la figura de Iker Casillas fue absolutamente gigante, siempre abortando cada
posibilidad real de gol de Italia. Un ejemplo de esto fue como apenas con la
punta de los dedos desviaba un balón que Daniele
De Rossi tenía casi cabeceado a la red. Las buenas jugadas de Casillas, la
mayoría en el primer tiempo, impidieron el empate o el descuento de Italia. La
lesión de Giorgio Chiellini al
minuto 21 fue una complicación enorme para la defensa, haciendo menos
balanceado y seguro la zaga italiana.
El
gol de Jordi Alba al minuto 41 es un ejemplo de esto. Y el gol inicial de David
Silva al minuto 14 con un cabezazo es también una prueba clara de que la
defensa italiana fue superada por los jugadores españoles. Vicente Del Bosque, como en la mayoría de los partidos, apostó por
el ‘falso nueve’ en la figura de Cesc
Fábregas, más otros medios con gol, como Andrés Iniesta, David Silva,
Xavi Hernández, Xabi Alonso y Sergio
Busquets, que no tiene mucho gol pero que como jugador del Barcelona sabe
tocar muy bien y dar asistencias de alto nivel ocasionalmente.
Yéndose
al descanso con una ventaja 2-0 las posibilidades italianas eran ya minúsculas,
no solo por el marcador adverso, sino también por la enorme solvencia defensiva
de España, que en todo el torneo apenas recibió un gol, precisamente ante
Italia en la primera ronda. La tercera sustitución de Italia fue la entrada de Thiago Motta por Riccardo Montolivo al minuto 57. Pocos minutos después un desgarro
de Motta le obligó a salir e Italia a jugar con 10 hasta el final del
encuentro. ¡10 contra 11! ¡Y los 11 de España saben tocar y pasar con fluidez! La
gesta que se podía soñar por parte de los italianos se quedaba literalmente en
el olvido.
David Silva, abrió el marcador al minuto 14 |
Ya
el segundo tiempo fue literalmente un suplicio para Italia, que no podía entrar
de nuevo al partido por el mejor dominio del balón de los españoles, la presión
constante de los mediocampos y los defensas ante cada balón en los pies de los
italianos. El recurso del contragolpe, que tantos éxitos le ha dado a Italia en
su historia, hoy fue un recurso inútil.
Los
minutos pasaban aplastantes para los italianos, placenteros para los españoles.
Los últimos 25 a 30 minutos la sensación era que España si apuraba tenía la
goleada que los italianos el descuento. La entrada de Fernando Torres y Juan Mata
en los minutos 75 y 87 fueron los autores de los goles que dejaron el marcador
en bochorno, con gol de Torres al 84 y Mata, con asistencia de Torres, al 88.
El 2-0 con dominio absoluto del partido ya era demasiado para los italianos.
Los goles en los minutos finales fue terminar de ahogar a un cadáver ya
ahogado.
Quizá hasta fue un favor de España, porque por más que haya hecho muchas cosas bien Italia en este torneo, es obvio que hay aspectos que mejorar de cara al presente y futuro, que el Mundial no está tan lejos. Haber perdido por un marcador mínimo podía disfrazar carencias o aspectos positivos potencialmente en los cuales hay que ahondar. Indudablemente duele mucho perder con un marcador tan escandaloso, pero tras ser aplastados de manera tan contundente solo hay dos opciones: perpetuar la pena y auto compasión o reflexionar, levantarse y mejorar. Italia ha sabido hacerlo.
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