miércoles, 27 de julio de 2011

Y el nuevo DT de Argentina es…

Quien más suena en este momento como el potencial nuevo Director Técnico de la selección argentina es Alejandro Sabella, ex DT del Estudiantes de La Plata, con el cual ganó la Copa Libertadores en el 2009, año de su debut como técnico.

Durante varios años fue ayudante de Daniel Passarella, acompañándolo en el Parma (Italia), Corinthians (Brasil), Monterrey (México) y el argentino River Plate; además de las selecciones nacionales del Uruguay y Argentina. También fue campeón del torneo doméstico de Argentina dirigiendo a Estudiantes, en el 2010.

Si bien tiene una experiencia prolongada como parte de un cuerpo técnico, la posición de Director Técnico la ha ocupado por poco tiempo y con un solo equipo, lo cual pudiese despertar dudas sobre si ese éxito con Estudiantes de La Plata pudiese refrendarlo dirigiendo otro equipo, y en este caso, una selección nacional.

Aunque el rumor es que es el favorito de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y su longevo presidente Julio Grondona, a nivel popular quien tiene más apoyo es Carlos Bianchi, ex DT de Boca Juniors y Vélez Sarsfield.

Una reciente encuesta del diario deportivo Olé, de la Argentina, es Bianchi ‘El Virrey’ el favorito del 79 % de los 120,000 lectores que votaron sobre quien debería ser el nuevo director técnico de la albiceleste.

La encuesta propuesta por el diario argentino presentaba tres opciones: las otras dos son Sabella (16 %) y Gerardo ‘Tata’ Martino, actual entrenador de la selección de Paraguay (5 %).

Ex goleador de casi 400 goles en su carrera en Argentina y Francia, Bianchi ganó entre 1993 a 2003 numerosos títulos nacionales e internacionales: con Vélez Sarsfield tres torneos (Apertura y Clausura), mientras con Boca Juniors conseguía cuatro títulos domésticos. Con Vélez ganó una Copa Libertadores y dos Intercontinentales. Con Boca triunfó más: tres Libertadores y dos Intercontinentales.

Triunfador con dos equipos históricamente de la Argentina, Bianchi es actualmente la figura más solicitada por los fans de la albiceleste para ocupar el puesto que ocupaba Sergio Batista. La principal razón para no ocuparlo es que aparentemente no es muy querido por la dirigencia de la AFA, y especialmente por la figura de su presidente, Julio Grondona.

El ‘Tata’ Martino ha tenido una carrera de DT muy exitosa en Paraguay. Actual entrenador de la selección de Paraguay la colocó entre las mejores 8 en el Mundial 2010 y llegó a la Final de la reciente Copa América, aunque no fuese particularmente brillante el juego de los paraguayos. De todas maneras, ha sido el principal artífice de una selección que ha dado un salto de calidad bajo su gestión. Además, de los principales candidatos y de quienes están siendo nombrados con insistencia para el cargo, es el único con experiencia de dirigir una selección nacional. Este podría ser su gran aval.

Igualmente entre 2002 y 2006 ganó números títulos con Cerro Porteño y Libertad, dos de los equipos históricos del Paraguay. El ‘pero’ que podría tener es que no ha dirigido a ningún ‘grande’ en la Argentina y que el juego desplegado por la selección guaraní bajo su mandato posiblemente no sea muy atractivo para aplicar para la selección argentina. En su defensa habría que decir que el caudal de talento ofensivo (en las otras líneas quedan muchas dudas) que tiene Argentina no es precisamente el mismo que tiene a mano en Paraguay.

Ramón Díaz es otro de los entrenadores con un palmarés digno de tomar en cuenta para dirigir la selección argentina. Entre 1996 y 2007 ganó 6 torneos Apertura y Clausura con River Plate y San Lorenzo (su último título liguero). En 1996 obtuvo con River la Copa Libertadores y en 1997 la Supercopa Sudamericana, con un equipo que aunque es el más ganador en el torneo argentino, ha logrado muy escasos títulos internacionales.

El ganador del Torneo Apertura 2006 con Estudiantes de La Plata y del Torneo Clausura 2008 con River Plate, Diego ‘El Cholo’ Simeone, es otra de las opciones que se podrían ponderar. Su recia personalidad y su relativa juventud para ser Director Técnico -41 años, lo que podría teóricamente acercarle más a los jugadores- pueden ser elementos que le pudiesen servir de apoyo para la ponderación.

Es posible que haya otros candidatos para el puesto, pero estos son los que más suenan para dirigir a la selección argentina de cara al Mundial 2014. No hay grandes torneos para la Argentina desde ahora hasta el Mundial, pero si las Eliminatorias, las cuales hay que superar para soñar con estar en Brasil en tres años.

El entrenador de los 127 partidos

Guillermo Stábile fue el técnico de mayor continuidad en la Argentina. Dirigió los destinos de la albiceleste entre 1939 a 1960, ganando 85 partidos, con 21 empates y 21 derrotas, y un balance de 323 goles a favor y 145 en contra.

Es uno de los pocos directores técnicos que han dirigido más de 100 partidos de selecciones nacionales de su selección nacional. Algunos de los que lo lograron han fueron Alfred ‘Alf’ Ramsey (Inglaterra), Mario Lobo Zagallo y Carlos Alberto Parreira (Brasil) y Francisco ‘Pacho’ Maturana, entre otros pocos.

Ex jugador del argentino club de Huracán y de los italianos Génova y Napolés, con Stábile Argentina obtuvo 7 ediciones de la Copa América (de las 14 obtenidas por los argentinos), además del Campeonato Panamericano de Fútbol en 1960. Este campeonato tuvo solo tres ediciones, y jugaban selecciones de todas las regiones del continente americano. Por razones políticas y/o administrativas Argentina decidió no participar de los Mundiales del 1938, 1950 y 1954.

Los tiempos de Menotti y Bilardo

Antes de Stábile fueron muchos los entrenadores que dirigieron a lo sumo una docena de partidos para el combinado albiceleste. Después de él más de una docena de entrenadores se fueron rotando por la dirección técnica por periodos relativamente cortos, hasta la asunción de César Luis Menotti, quien estuvo al frente desde 1974 hasta 1982. Con Menotti la Argentina gana su primer Mundial en 1978. Dirigió 89 partidos, logrando 48 victorias, 23 empates y 18 derrotas, y un balance goleador significativo: 172 goles a favor y 86 en contra.

A Menotti le sucede Carlos Bilardo, con quien Argentina logra su segundo y último título de Campeón del Mundo hasta la fecha, en el famoso Mundial de Maradona, en México. Estuvo al frente de la selección de 1983 a 1990, logrando también el sub-campeonato del Mundial de Italia 1990, al caer 1-0 en la final ante Alemania.

Sus números al frente de la selección no fueron particularmente brillantes: dirigió 81 partidos, de los cuales ganó 28, empató 30 y perdió 23. Sus seleccionados anotaron 91 goles y permitieron 74, para un balance de 17 goles a favor. Actualmente ocupa el puesto de Coordinador de Selecciones Nacionales de fútbol de la República Argentina, y era uno de los grandes abanderados de que la selección argentina del presente tenía que ser dirigida por algunos de los miembros del equipo campeón de 1986.

Planificación y continuidad son dos términos muy utilizados para referirse a procesos que se aspiran sean exitosos. El período más ganador de la Argentina en la Copa América y sus dos Mundiales ganados han sido bajo procesos largos, sin estar cambiando de director técnico constantemente.

Las dos últimas décadas

Los largos periodos de Menotti o Bilardo –de 7 u 8 años- no se repetirían, aunque si hubo algún periodo prolongado, como el de Marcelo Bielsa entre 1999 al 2004, o el de Daniel Passarella, de 1994 a 1998. Mención aparte la de Alfio Basile, quien estuvo al frente de 1991 al 1994 y del 2006 al 2008. En su primer período ganó las ediciones de la Copa América de 1991 (Chile) y 1993 (Ecuador), títulos que Argentina no conseguía desde 1959.

En el período de Bielsa, especialmente para las Eliminatorias para el Mundial 2002, la Argentina jugaba de manera brillante con regularidad. Con el ‘Loco’ Bielsa se ganó 56 partidos de los 85 disputados bajo su mandato, empatando 18 y perdiendo 11. Sus dirigidos marcaron 164 goles (casi dos por partido) y permitieron 70. El Mundial de Corea y Japón fue un gran tropiezo para la selección, que no pudo pasar de la primera ronda de ese Mundial. Sin embargo, Bielsa pudo dirigir unos dos años más.

Quien fuese exitoso entrenador de las categorías juveniles en Argentina, José Pekermán, estuvo al mando de la selección del 2004 al 2006. Desde hasta la fecha los periodos para un director técnico se han achicado bastante en la Argentina. Desde hace 7 años nadie logra quedarse por más de dos años al frente de la selección, y a quien peor le ha ido en ese sentido es a Sergio Batista, quien apenas pudo dirigir una docena de partidos, pero sin lograr una actuación destacable en la Copa América 2011, el único torneo oficial que disputó.

Desde Bielsa ningún técnico ha llegado a dirigir un mínimo de 30 partidos. Los ciclos largos que antaño fueron comunes en la selección argentina parecen estar olvidados. Y miren que esos ciclos dieron muy buenos resultados.

Si se observan los campeones de los Mundiales hay algo común a casi todos los equipos: vivieron procesos prolongados de sus cuerpos técnicos. Ni Brasil, ni Italia, ni Alemania, tampoco la Argentina u otros ganaban Mundiales cambiando a sus DT constantemente. Y que no se mencione a España, que cambió a Luis Aragonés campeón de una Eurocopa para poner a Vicente del Bosque, ganador dos años después del Mundial. Del Bosque fue tan inteligente que no hizo una revolución en un colectivo que funcionaba, hizo retoques, mejoró algunos aspectos, pero continuó un proceso ya iniciado.

Ciao Batista, bienvenido…¿quién?

Luego de la eliminación de Argentina en la reciente Copa América 2011 se especuló hasta la saciedad sobre la continuidad del ex director técnico de la selección albiceleste, Sergio Batista.

Miembro del equipo que ganó el Mundial de 1986 y fue sub-campeón en el Mundial de Italia 1990, el ‘Checho’ vivió un efímero periodo de menos de un año al mando de la selección.

Batista asumió el puesto de manera interina tras la salida del mítico Diego Armando Maradona de la dirección técnica. Algunos resultados positivos en partidos amistosos, especialmente la goleada a España pocos meses después de que los españoles ganasen el Mundial de Sudáfrica 2010 le validó la titularidad, pero la pobre actuación de la Copa América le pasó factura.

¿La Copa América no era una prioridad?

A Batista le condenaron varios puntos. Uno de ellos es la falta de seguridad que no pocos le achacan. Como ejemplo de esta acusación está el que durante muchos meses no convocaba a Carlos Tévez al argumentar que ya tenía a su jugador ideal para la posición 9: Lionel Messi. El Apache Tévez estuvo cerca de no ser convocado a la Copa América, pero finalmente lo fue, y al mismo tiempo fue titular en los dos primeros partidos de la Argentina en el torneo recién finalizado, precisamente los dos partidos en que peor jugó la anfitriona.

No solo convocó y titularizó a un jugador del cual mostró varias veces no estar convencido, sino que su supuesto 9 (Messi) literalmente nunca lo fue por la posición en que jugaba en el esquema de Batista, que plagó el medio del campo de volantes esencialmente defensivos, dejando a Messi literalmente sin socios. El no sacar mejor provecho del mejor jugador del mundo actualmente es uno de los puntos que le condenaron.

Igualmente, la mala imagen dada por Argentina en esta Copa. Se podía no pasar de Cuartos de Final por un mal día de tus jugadores principales, porque el goleador del equipo contrario hizo el partido de su vida, en fin, por muchas razones. Pero no se pasó porque en gran medida la Argentina no estaba hecha como un auténtico equipo capaz de afrontar grandes retos como un colectivo. ¿Estrellas y crack? Muchos. ¿Juego asociado y un equipo cohesionado? Poco, muy poco. Y si la labor esencial de un director técnico es formar un colectivo y eso no se vio en el campo de juego, con escasas excepciones (en las que, ¿coincidencia?, estaba casi siempre Messi implicado), la continuidad de Batista era harto difícil.

Pero, hay otro punto vital a mí entender: Batista había dicho antes de la participación en la Copa América (también en el transcurso y luego de ser eliminada la Argentina) que su prioridad al mando de la selección eran las Eliminatorias mundialistas para la edición del 2014 en Brasil.

Para una de las potencias futbolísticas en Sudamérica y el mundo, para un equipo que jugaba como anfitrión, para una selección que no gana como selección absoluta un título desde hace 18 años, ¿era real asumir que la edición hace poco días finalizada del principal torneo en el continente americano de selecciones podía ser asumido como una parada esporádica camino a las eliminatorias?

Si bien es cierto que a Argentina le costó horrores superar las eliminatorias pasadas, ha participado en 15 de los 19 mundiales disputados, y no falta a un Mundial desde la edición de 1970. Es decir, las posibilidades de que los argentinos jueguen un Mundial históricamente son muchas más que las posibilidades de no jugarlos, como les sucede a los italianos, alemanes o brasileños, por citar posiblemente las selecciones ‘eternas’ en la máxima cita futbolística.

¿Hay algún punto de vista desde el cual ganar (o por lo menos luchar dando una gran imagen) la Copa América podía ser contraproducente para la preparación para las eliminatorias que inician en octubre? Las eliminatorias en Sudamérica duran casi dos años con el formato actual. Durarán un poco menos ahora ya que Brasil no tendrá que disputarlas, por tener el pase directo como país anfitrión en el 2014. ¿Jugar un par de partidos más si hubiese accedido a semifinales y luego a la final o el partido por el tercer puesto iba a marcar un desgaste irremediable en el combinado albiceleste?

Para uno de los países de mayor culto al fútbol, que a la vez ha producido y produce varios de los mejores jugadores de la historia, jugar un torneo de esta relevancia y dar una mala imagen jugando como anfitrión es difícil de digerir. Pero que el DT diga que el objetivo es clasificar al próximo Mundial quitándole peso a una participación bastante discreta del equipo local (que estaba empate en el listado de máximo ganadores con Uruguay, antes de iniciar el torneo), es como para no digerirlo ni con ayuda de nutricionistas.

La Copa América es un torneo con un trofeo para el ganador, y las eliminatorias no, las cuales te permiten acceder al principal torneo de selecciones nacionales del mundo, pero no implican llevarse un trofeo a las vitrinas. Ni siquiera hacer unas eliminatorias espectaculares garantiza en lo absoluto una participación exitosa ni decorosa en un Mundial.

Al momento de oficializar su posición de técnico titular de la albiceleste, ¿dejo claro Batista que la prioridad era llegar al próximo Mundial y que la Copa América no era un objetivo fundamental? Si no lo hizo, jugó con fuego y ha quedado calcinado; y si lo hizo la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) entonces le ha ninguneado. ¿Cuál de las dos?

Ahora vendrá otro técnico. Pero si a ese nuevo entrenador no se le brinda una tranquilidad mínima y un margen de acción relativamente amplio (que pueda decidir sin asfixiantes presiones externas a que jugadores convoca o no, que esquemas de juego implementar, etc.), el futuro de la selección argentina puede ser igual o peor que el presente y el pasado reciente.

Lo peor que pueden hacer es elegir un técnico al vapor, especialmente si no se confía en demasía. El único reto como selección hasta el próximo Mundial son las eliminatorias. ¿Habrá un técnico para superarlas y llegar al Mundial 2014, es decir, que duré por lo menos tres años en el puesto, o ante cualquier tropiezo (digamos, un par de partidos amistosos perdidos ante selecciones “menores”) cambiarían al técnico aún desconocido en este momento? El reto para la Argentina no es baladí: elegir bien ahora puede cambiar el camino de fracasos (o escasez de triunfos, a quien le moleste el término anterior) o iniciar un camino que permita pensar que los triunfos pueden ser posibles, partiendo de hechos reales, no de sueños o suposiciones de superioridad futbolística. A fin de cuenta, ningún técnico tiene el poder absoluto de garantizar éxitos, aunque sí el trabajo que induzca al triunfo. Después, lograrlo o no es otra historia.

lunes, 25 de julio de 2011

Uruguay, campeón de un torneo que premia el trabajo de equipo, no a las estrellas solitarias

Los uruguayos venían de menos a más en el torneo, mientras los paraguayos llegaban a la final de la Copa América 2011 jugando de más a menos. El último partido del torneo fue una fiel muestra de cómo arribaba cada uno de los equipos a la final.

La Celeste clasifica a los Cuartos de Final luego de una fase de grupo relativamente discreta, en la cual dos empates y una victoria les ganaron el segundo puesto del grupo C, ganado por Chile. Los paraguayos pasaron a las fases eliminatorias con apenas tres puntos producto de un trío de empates. Pero, tuvieron las oportunidades para pasar con suma comodidad, de no haber sido por los despistes defensivos que permitieron a Brasil empatarle en los minutos finales un partido que ganaban 2-1 y de un empate todavía más humillante ante Venezuela, cuando los guaraníes dominaban el encuentro 3-1, recibiendo dos goles en los cinco últimos minutos del encuentro.minutos del encuentro.

Esos dos partidos finales de la Fase de Grupo posiblemente provocaron desconfianza en las propias posibilidades del equipo paraguayo, que luego tuvo el mérito de defenderse en extremo, de tener al mejor portero de la copa y de recibir los dones de la suerte en sendos empates a cero contra brasileños y venezolanos, en partidos de 120 minutos y con marcador a cero goles. En ambos casos los tiros a los palos y al travesaño de los adversarios, más una mejor efectividad en los tiros penales, les permitieron acceder a la final.

Un equipo que marcó cinco goles en los tres partidos de la fase inicial (solo Brasil le superó con 6 goles), fue incapaz de marcar luego en tres partidos sucesivos, incluyendo dos de 120 minutos. Las lesiones alejaron a su mejor delantero, Roque Santa Cruz, del terreno de juego gran parte del torneo, y ante la apuesta en extremo defensiva de Paraguay en las instancias de los partidos de vida o muerte los delanteros restantes –Haedo Valdez y Lucas Barrios- tuvieron demasiada soledad en las posiciones de ataque además de mucho desgaste en faenas defensivas.

En la final hicieron cuatro disparos, de los cuales uno fue al arco, números parecidos a sus cifras ofensivas ante Brasil, en Cuartos de Final. Fueron algo mejores ante Venezuela en semifinales, pero con poca pegada. Entre lo previsible de muchos de sus ataques y la buena defensa de Uruguay los albirrojos solo estuvieron cerca una vez del gol, tras un tiro magnífico de Haedo Valdez, que la punta de los dedos del portero Muslera y el travesaño impidió se convirtiera en gol. Fuera de esa jugada, Paraguay fue muy inofensivo en materia ofensiva.

Uruguay, al pasar a Cuartos se encontraba con el “escollo” de enfrentar a la anfitriona Argentina, plagada de estrellas, pero esencialmente de carácter ofensivo (en las demás líneas hubo demasiadas carencias), y con un hombre menos durante casi una hora supieron los uruguayos contener a los argentinos. En penales no hubo competencia: simplemente los celestes lanzaron de manera perfecta uno detrás de otro.

Ese partido creo que marcó un punto de inflexión a la vez que fue el momento máximo de motivación con el que los uruguayos se impulsan hasta la final de la Copa. El primer gol en la final de Luis Suárez, en el minuto 11, viene precedido de un vendaval ofensivo uruguayo desde el primer minuto. No solo jugaban la final, es que buscaban ganarla desde el pitido inicial, sin especular ni depender del azar. Una cuestión de actitud.

Al contrario, a pesar de llegar a la Final los paraguayos creo perdieron actitud luego de esos dos empates en los minutos finales ante brasileños y venezolanos. Su orden defensivo, quizá la principal virtud desde hace muchos años de la selección paraguaya, al mostrar despistes enormes que le costaron casi la clasificación a los Cuartos de Final, provocó posiblemente una sensación de inseguridad y debilidad que seguramente se asumió solo podía ser vencida con un esfuerzo extremo en esas lides de no permitir gol alguno. La suerte les ayudó en dos partidos, pero a la vez anuló en gran medida las virtudes ofensivas del equipo.

Mientras los liderados por el Director Técnico Washington Tabárez llegaban convencidos de sus posibilidades y de su misión a la Final, los paraguayos llegaban exhaustos por tantos minutos acumulados, y peor aún, sin la contundencia que difícilmente se puede tener cuando hay poca claridad de ideas y propósitos.

De haber ganado Paraguay, y sobre todo de haber ganado con goles y con buen fútbol, hubiese podido borrar la imagen de debilidad y hasta poco merecimiento con que llegó a la final, empatando partido tras partido, unas veces por incapacidad de cerrar los partidos, otras a base de un portero prodigioso, la suerte y la extenuación defensiva. De todas maneras, Paraguay ha sido en la última década, y posiblemente seguirá siendo, de los mejores equipos de Sudamérica. Pero cambios, aunque sean sutiles, tendrán que producirse en su cultura futbolística para seguir siendo un equipo sólido. A pesar de jugar la final dio muestras de debilidades que no mostraba.

Entre las razones por la cual me parecía que Uruguay era el segundo favorito para alzarse con esta Copa antes de iniciar (consideraba que lo era Argentina, pero la sobreestime, como escribí en algún post anterior, en gran medida por ser anfitriona y por su gran potencial ofensivo) era la consideración de que me parecía el equipo mejor estructurado de todos los participantes. La realidad del torneo demostró que quienes así pensábamos no estuvimos equivocados.

Y si Paraguay a pesar de la irregularidad de su juego en este torneo también llegó a la Final se debe en gran medida a su juego de equipo, al colectivo; algo también mostrado por los otros semifinalistas del torneo, el Perú y Venezuela, cada equipo con sus virtudes y armas. Mención aparte para Chile y Colombia, que a aunque no pasaron de los Cuartos de Final, tuvieron buenas propuestas colectivas y juego asociado.

Esta copa ha premiado no solo a un justo ganador, Uruguay, sino también al juego colectivo, al concepto de equipo por encima de puntuales individualidades, las cuales siempre existirán y serán necesarias (aparte de deslumbrarnos por ser distintas, únicas), pero que por sí solas no pueden suplir todos los deberes que el colectivo no hace bien.

viernes, 22 de julio de 2011

El gol, recurso escaso en la Copa América 2011

De las últimas 10 ediciones de la Copa América (incluyendo la presente edición que finaliza este fin de semana), esta es la más pobre en cuanto a goles realizados. A falta de dos partidos se han marcado 46 goles en 24 partidos, para una media por debajo de los dos goles (1.9 por partido).

Habría que remontarse a la edición de 1989 celebrada en Brasil para toparse con la menor cantidad de goles en este torneo en los últimos 23 años, cuando se realizaron 55 en 26 partidos, para un promedio de 2.1 goles por partido. Para igualar este registro tendrían que marcarse 9 goles en los dos partidos que restan, el de Venezuela-Perú por el tercer puesto y el de Uruguay-Paraguay por el título del torneo.

Otro aspecto en que la edición presente parece se quedará corta también respecto a las últimas 9 ediciones es cuanto a las cifras del goleador máximo del torneo. Al momento los líderes con 3 goles son el argentino Sergio Kun Agüero y el uruguayo Luis Suárez, que jugará la final el domingo, al igual que su compatriota Álvaro Pereira, con dos. El peruano Paolo Guerrero buscará aumentar su cuenta (2) el sábado ante Venezuela. De ninguno de los que están vivos en el torneo llegar hasta los cuatro goles, el liderato compartido en tres será la cifra más baja desde 1983, cuando cuatro jugadores marcaron tres tantos.

En las últimas 10 ediciones se han jugado siempre 26 partidos. Los torneos más goleadores han sido los dos precedentes a la edición 2011: en el 2007 se marcaron 86 goles (3.3 por partido) y en 2004 hubo 78 goles (3 por partido). En ambos torneos los brasileños fueron los máximos goleadores: en el 2007 Robinho marcó 6, mientras en el 2004 Adriano marcó 7.

El tercer torneo más goleador de los últimos 10 fue el de 1991, donde se marcaron 73 (2.8 por encuentro), siendo Gabriel Batistuta el goleador, con 6 tantos. El argentino fue también co-líder con 4 goles en la edición de 1995, junto al mexicano Luis Hernández.

Los cinco torneos realizados de 1993 a 2001 mantuvieron una media de goles por partido entre los 2.3 a 2.6 por encuentro. La Copa América 2011 necesitaría6 goles en los dos partidos restantes para llegar a un promedio justo de 2 goles por partido. Aún así será el torneo más pobre en ese sentido en mucho tiempo. Otras han sido las riquezas de esta edición, pero no el gol.

La Vinotinto: una ex Cenicienta que ya inspira respeto

Durante décadas futbolísticamente Venezuela no contaba, a menos que fuese para que los contrarios les propinasen goleadas.

Los tiempos han cambiado. La ex Cenicienta no está más por sufrir humillaciones, y quien quiera pensar en golearla tendrá que pensar primero en vencerla.

Tras unas semifinales en que mereció más continuar hasta la final que despedirse de esa lucha para concentrarse en un partido por el tercer lugar de la Copa América 2011, la selección venezolana no solo puede hacer un balance positivo de su participación en este torneo, sino que deja la sensación una hipotética participación en el Mundial 2014 en Brasil no es una absurda utopía, sino una potencial realidad.

Dos victorias y tres empates, dos empates ante Paraguay dejando mejor imagen que uno de los finalistas del torneo, un empate ante los brasileños, contra quienes en el segundo tiempo fueron más incisivos; una victoria ante Ecuador, que aunque fuese por la mínima fue inmensa por la diferencia de juego, y una victoria ante Chile en Cuartos de Final, ante la cual en el primer tiempo supieron anular las muchas virtudes de la ofensiva chilena; dan muestra del crecimiento futbolístico de Venezuela.

Y es que en ningún partido de los que han jugado hasta la fecha han dado muestras de inferioridad en la cancha ante ninguno de sus rivales, y miren que cuatro de sus partidos fueron ante tres adversarios que fueron mundialistas en el 2010. Si bien los primeros 25 minutos ante Brasil parecía podían ser goleados, al igual que los primeros 30 del segundo tiempo ante Chile; en el balance general de todos los partidos o fueron superiores al rival, o como mínimo, estuvieron a la par.

La palabra sorpresa pudiese aplicarse a esta participación de Venezuela en la actual copa –quedaran de todas maneras entre los primeros cuatro, algo que nunca habían logrado-, pero el mismo calificativo de “sorpresa” me deja ciertas dudas, ya que venían dando muestras de que su fútbol estaba en un proceso de crecimiento. Quizá los términos de “agradable confirmación” se ajusten más a lo que se ha visto de Venezuela en esta Copa América, por cierto, de los equipos que mejor juego ha mostrado en este torneo.

Lo logrado hasta ahora supera con creces su mejor participación en la Copa América, conseguido en la edición 2007, celebrada en suelo venezolano. En aquella ocasión lograron estos resultados:

1er partido: Venezuela 2- 2 Bolivia

2do partido: Venezuela 2-0 Perú

3er partido: Venezuela 0-0 Uruguay

Cuartos de Final: Venezuela 1-4 Uruguay

En cuatro partidos lograron dos empates, una victoria y una derrota; marcando 5 goles y encajando 6.

La participación en el presente 2011 ha sido mejor, y sin jugar como local, como si lo hicieron en el 2007. Sin dudas, en cuatro años han dado un salto de calidad ponderable. Aún falta el partido por el tercer lugar contra Perú, pero pase lo que pase en ese partido ya en esta Copa América uno de los protagonistas ha sido Venezuela, dando muy buena imagen, y seguramente granjeándose el respeto del que varias veces ha hablado el Director Técnico venezolano, César Farías.

Muy lejos parecen quedar los tiempos en que Venezuela era una simple participante que se despedía sin pena ni gloria de cada Copa América en la fase de grupos. Demos un vistazo a sus participaciones en las previas cinco ediciones a la de 2007, cuando fueron locales:

2004: 1 empate, 2 derrotas, 2 goles a favor, 5 en contra. era una simple participante que se despedía sin pena ni gloria de cada Copa América en la fase de grupos. Demos un vistazo a sus participaciones en las previas cinco ediciones a la de 2007, cuando fueron locales:

2001: 3 derrotas, 0 goles a favor, 7 en contra.

1999: 3 derrotas, 1 gol a favor, 13 en contra.

1997: 3 derrotas, 0 goles a favor, 5 en contra.

1995: 3 derrotas, 4 goles a favor, 10 en contra.

En estas cinco ediciones no ganaron un partido de 15 jugados, perdieron 14, anotaron 7 goles (menos de 0.5 gol por partido) y permitieron 40 (2.66 por partido). Comparen esos números con la participación del 2007 y especialmente la del presente 2011 (a falta de un partido) y me parece que es obvio que Venezuela ha crecido mucho en fútbol. Y si vemos las participaciones previas a 1995 se seguirán viendo números iguales o peores. Entonces, ¿se puede decir que lo hecho por Venezuela en el 2011 en la Copa América es suerte, casualidad o el simple bajón de las “potencias” en Sudamérica? No lo creo, hasta por un hecho netamente estadístico: ¿Por qué entonces en tantas participaciones previas no hubo ni un torneo con tanta suerte y tanta casualidad a su favor?

Para mí está claro: los venezolanos han trabajado mucho y duro para dar un salto relevante de calidad. No he visto un solo partido de esa Copa en que hayan sido inferiores en los 90 minutos, ni tampoco los vi encerrarse a muerte en su portería en los momentos en que brasileños o chilenos parecían los iban a humillar en la cancha. No solo por resultados, sino también por actitud, la selección Vinotinto se quita por fin el traje de Cenicienta.

Una mirada a las participaciones venezolanas en las últimas eliminatorias mundialistas

Quedaron a 2 puntos (lograron 22) de los 24 que los fueron suficientes a Uruguay para el quinto puesto, que les daba el derecho de disputar el repechaje contra un equipo de la Concacaf. De sus 18 partidos ganaron 6, empataron 4 y perdieron 8; marcando 23 goles y encajando 29.

Lograron algunos resultados llamativos, como el 0-1 contra Ecuador en Quito, el 13 de octubre de 2007 (a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar), donde muchos rivales temen jugar por la dificultad de la altura; el 2-0 contra Colombia el 31 de marzo de 2009; o el 6 de junio de 2009 cuando vencieron 0-1 a Bolivia en La Paz, unos 700 metros más alta que Quito. El dato es relevante, porque con la excusa de la altura algunas selecciones han querido explicar o justificar derrotas en La Paz o en Quito, algunas de ellas de auténtico escándalo.

Venezuela terminaba las Eliminatorias para el Mundial de 2006 con 18 puntos, a 7 de Uruguay, que finalmente no pasó al Mundial al no superar el repechaje contra Australia. Los venezolanos ganaban 5 partidos, empataban 3 y perdían 10, marcando 20 goles y recibiendo 28.

En las Eliminatorias para el Mundial 2002 lograban 16 puntos, marcando 18 goles y permitiendo 44, números muy inferiores en comparación a los de las Eliminatorias 2006 y 2010. Cierto es que no han ido a un Mundial todavía, pero las Eliminatorias del 2002 y las dos siguientes hay mejoras visibles.

Para las Eliminatorias de 1998 quedaban no solo en último puesto de las mismas, sino que quedaban a 14 puntos de Bolivia, penúltimos. Los venezolanos lograban 3 míseros puntos de 48 posibles (16 partidos), permitiendo 41 goles y anotando apenas 8, un gol cada 180 minutos.

Como puede verse, en cada nuevo proceso eliminatorio para los mundiales Venezuela ha ido superando sus limitaciones, y si bien es cierto que aún no ha podido jugar un Mundial, no menos cierto es que las diferencias entre el último puesto que da la posibilidad por lo menos de jugar un repechaje y ellos se han ido achicando. Tan solo para las Eliminatorias de 1998 quedaban a 22 puntos de Chile, que ocupó el último cupo para el Mundial de Francia, mientras que en las últimas eliminatorias terminaron a 2 puntos de los uruguayos por el puesto del repechaje.

Tanto por el ir acortando distancias en las Eliminatorias sudamericanas como por ir presentando mejores performances en la Copa América, especialmente en las dos últimas ediciones (incluida la presente) es obvio que Venezuela ha estado mejorando, tomándose más en serio su presente y futuro en el mundo futbolístico. Un dato me parece concluyente para creerlo: desde el fin de las Eliminatorias para el 2010 hasta antes de comenzar lapresente Copa América los venezolanos han jugado mucho más partidos amistosos (el doble o casi el doble) que las otras selecciones sudamericanas que no llegaron al Mundial. ¿Coincidencia? ¿Suerte? ¡Qué va! Es obvio que se trata de trabajo, de planificación, de roce internacional para ir mejorando, puliendo, perfeccionando.

¿Por fin Venezuela llegará a un Mundial? No lo sé, no soy adivino, pero si se que si el trabajo y la continuidad que está detrás de su buen performance en esta Copa América se mantiene, para el 2014 hay reales posibilidades de que la Vinotinto se beba sus primeros sorbos en una Copa del Mundo.

jueves, 21 de julio de 2011

¡De nuevo empate! Sin ganar un partido Paraguay llega a la Final

La historia se repitió para Paraguay. Sin anotar un gol, pero también sin recibirlo, eliminaron a los venezolanos de la Copa América 2011 en las semifinales, como lo hicieron con Brasil en los Cuartos de Final. Y tanto se repitió la historia que los tiros al travesaño y a los palos impidieron primero a Brasil y luego a Venezuela anotar los goles que posiblemente hubiesen mandado a casa a Paraguay.

¡Ah! Y como , esta historia se repite en múltiples detalles, el portero Justo Villar fue héroe ta

mbién en la definición de los penales, parando uno de los lanzamientos de los venezolanos, mientras sus compañeros fueron perfectos en la definición de los penales.

¿Alguna otra coincidencia? Veamos...sí, otra más. Venezuela propuso más, se le vieron más las ganas y la voluntad de ganar en los límites de los 120 minutos jugados, y especialmente en los 30 del tiempo extra, en los cuales a los paraguayos se les veía con menor vigor físico que a la Vinotinto, seguramente por el desgaste del partido anterior contra Brasil.

La voluntad de seguir adelante como sea en el torneo, sumada a una suerte bárbara ante la falta de exactitud de varios tiros pegados a los palos y al travesaño por brasileños y venezolanos, permiten a los paraguayos llegar a la Final de la presente edición de la Copa América… ¡luego de cinco empates en cinco partidos!

Han disputado 15 puntos y han logrado una efectividad del 33 %, cifra que antes y después de esta Copa América es casi imposible que permita llegar a la final. Y de esos cinco empates tres han sido 0-0: el primer partido ante Ecuador en la fase de grupo y los de Cuartos de Final y Semifinales ante brasileños y venezolanos.

Cinco han sido los goles anotados y cinco los recibidos, todos en dos partidos: ante Brasil y ante Venezuela, pero en la fase de grupos. Y en ambos casos dejaron ir la victoria por dejarse empatar en los minutos finales. El más bochornoso de esos empates fue ante la selección venezolana, que le marcó dos goles en los cinco minutos finales, para terminar el partido 3-3.

Luego de 32 años Paraguay llega a una final. En 1979 la ganaban por segunda ocasión, luego de vencer a los chilenos. En el presente 2011 tienen la oportunidad de ganar su tercera Copa América, siempre y cuando puedan vencer o eliminar a los uruguayos en la final. Y digo “vencer o eliminar” porque si la historia se sigue repitiendo (lo que sería ya de película o novela de suspenso) eliminarían a Uruguay en penales luego de 120 minutos a cero gol y con tres o cuatro tiros a los palos o los travesaños de los Diego Forlán, Luis Suárez, Álvaro Pereira y compañía.

Ya más en serio, y sin cargarle el dado a Paraguay, hay que decir que si bien su fútbol ha ido de más a menos en este torneo (sus dos peores partidos han sido precisamente los dos en que han echado de la Copa a brasileños y venezolanos, compañeros ambos en la fase de grupo), la forma como llegan a la Final es completamente lícita, aunque su fútbol actual nos parezca a muchos –especialmente a los no paraguayos- muy poco atractivo, por no decir aburrido.

Que su potencial ofensivo no sea particularmente prolijo no ayuda demasiado a una apuesta ofensiva de esteticismo de parte de la selección paraguaya, como tampoco ayuda en nada que su su mejor delantero (Roque Santa Cruz) haya visto muy mermada su participación por lesiones.

Tampoco ayuda para mostrar un fútbol de más vuelo ofensivo que se hayan refugiado en los partidos de vida o muerte en su principal fortaleza durante muchos años: en su orden y capacidad defensiva.

Y aquí quiero apuntar algo: no desmerito en lo absoluto el defenderse como un arma para vencer o no ser eliminado,pero a pesar de las limitantes que ha tenido Paraguay en estos días (varios lesionados y algunos expulsados) me parece que era posible hacer un poco más en el aspecto ofensivo.

Quizá me equivoque, pero siento que los dos empates inesperados en la fase de grupos en los minutos finales acentuó la necesidad paraguaya de mantener su portería a prueba de goles como fuese en los partidos eliminatorios. Y lo que más me extraña es que esa necesitad reforzada fuese ante equipos que ya previamente había demostrado que podía marcarles: Brasil, a quien le hizo dos goles en su primer encuentro; y contra Venezuela, a quien le marcó tres cuando se vieron las caras inicialmente.

Los muchos tiros a los palos y al travesaño de brasileños y venezolanos en las instancias de Cuartos de Final y Semifinales salvaron a Paraguay en ambos partidos (la suerte sin dudas les acompañó), pero también es cierto es que hubo en ambos partidos claras intenciones de blindar los aspectos defensivos.

Si hubiesen llegado a la final empatando todos los partidos, pero anotando goles en todos ellos, quizá la imagen hacia la selección guaraní fuese ahora menos severa de parte de los imparciales…pero eso también hubiese significado que le hubiesen anotado en todos los partidos, y parece claro, visto lo visto, especialmente en los partidos eliminatorios, que intentar no encajar goles parece más realista que intentar hacerlos, a menos que fuese en contraataques aislados y con solitarios atacantes sin socios alrededor.

A mí entender Paraguay era uno de los cuatro principales favoritos para ganar la Copa América antes de iniciado este torneo (Uruguay lo tenía en la lista, por debajo de Argentina, a la que sobreestime por ser dueña de casa), pero pensé que de llegar los paraguayos a la final lo harían con mejor juego que el mostrado hasta ahora. Una pena, hasta cierto punto, porque por lo mostrado en los últimos Mundiales y en las últimas eliminatorias sudamericanas para la Copa del Mundo, la imagen de Paraguay había levantado mucha admiración. Algo de esa buena imagen parece que se ha perdido entre los imparciales por lo visto en este torneo, aun cuando terminasen ganando esta edición de la Copa América. Y es que no siempre conseguir títulos granjea prestigio.

miércoles, 20 de julio de 2011

Los "no favoritos" avanzan, los "grandes" a casa

Argentinos, chilenos, colombianos y brasileños eran, en las mayorías de las percepciones, las favoritas en los cruces de Cuartos de Final sobre uruguayos, venezolanos, peruanos y paraguayos. Pero una cosa son los pronósticos y las posibilidades más “racionales”. En algunos casos el azar a favor fue fundamental, en otros el orden táctico y la voluntad o la falta de eficacia de los “favoritos”.

Selecciones que no lograron jugar el Mundial 2010 han dejado muy buena imagen en este torneo, como Venezuela, Perú y Colombia; otras se fueron dejando muchos más pasajes de dudas que aciertos (Argentina, Brasil y Ecuador), mientras otras tienen que demostrar todavía (Paraguay) o en un futuro cercano (Chile) que sus buenas actuaciones y sus protagonismos en los vaticinios son tan ciertos como que están fuera de competencia a la fecha (los chilenos) o que aún tienen tiempo de demostrar que son uno de los grandes en Sudamérica (los paraguayos).

Ha dejado sorpresas esta Copa América, pero hay una “sorpresa” que no la asumo como tal: la elimina

ción de Argentina por Uruguay, que quedó cuarta en el Mundial pasado, que llegó siendo la selección mejor cohesionada y conformada como un equipo, como un colectivo, enfrentada a una Argentina que anda por procesos muy diferentes, y no precisamente para lo positivo, ni deportiva ni gerencialmente. Además, en Copas del Mundo y Copas de América los uruguayos tienen los mismos títulos que los argentinos: 2 Mundiales y 14 Copas de América.

Argentina- Uruguay: los amos de la Copa

De los cuatro partidos de Cuartos de Final fue el más igualado, y no solo porque se jugaron alargues y se llegó a la definición en penales, sino por el desarrollo de juego y de propuestas de ambos.

Que Argentina en su condición de local, por su historia y por la enorme cantidad de jugadores de primer nivel que tienen era favorito (aunque la mayoría de estos jugadores de gran caché son delanteros, quedando grandes interrogantes en las demás líneas) no era nada nuevo. Pero que Uruguay a 38 minutos de iniciar el partido se quedase con un hombre menos por la expulsión de Diego Pérez, teniendo que jugar 50 minutos en inferioridad numérica y aún así jugar de igual a igual con Argentina, y en algunos pasajes incluso mejor, era una muestra de la capacidad de Uruguay de jugar no solo a imponer sus mejores armas sino también a neutralizar las del rival.

El fútbol no es solo creación, es también destrucción. Y la simbiosis de ambos conceptos Uruguay los conoce quizá mejor que nadie en América. Quizá por eso en su historia ha infligido tantas heridas a los otros grandes de Sudamérica: brasileños y argentinos.

Jugar con 10 de entrada no es un favor para ningún equipo, pero los uruguayos supieron compensar esa debilidad reposicionándose adecuadamente para que ese vacío causase el menor daño posible a sus aspiraciones. Diego Pérez hizo méritos para hacerse expulsar, pero antes dejó un gol en el minuto 5, a balón parado, una asignatura pendiente (de varias) de la selección argentina. Y por cierto, una asignatura pendiente de otras selecciones, incluso varias con cartel de favoritas, algunas de las cuales no sobrevivieron al recorte de Cuartos de Final.

Atacó más la Argentina, con 10 tiros al arco y 18 en total, contra dos al arco y 8 de Uruguay. Pero, como viene ocurriendo hace un buen tiempo, desde las eliminatorias para el Mundial 2010 incluso, aun cuando puedan crear muchas ocasiones concretan pocas. Y eso a pesar del prestigio de la mayoría de sus jugadores ofensivos en las mejores ligas europeas.

Gonzalo Higuaín marcó el único gol argentino al minuto 17, de cabeza, a un pase de Messi tan perfecto que era más difícil no hacer el gol que hacerlo. Está tan claro que Messi es el motor ofensivo de este equipo que algunos jugadores fueron directamente a felicitarlo, por encima incluso del ‘Pipita’ Higuaín. Pero, un empate relativamente rápido que permitía no caer en la desesperación de llegar al minuto 65 ó 75, digamos, en desventaja, no se convirtió necesariamente en ventaja para los argentinos. Sí, atacaron mucho más, pero con la pólvora mojada.

El primer tiempo de Messi estuvo muy cerca del nivel alcanzado en el partido contra Costa Rica y con características parecidas: pocos tiros a puertas, privilegiando el suministro a los compañeros de pases precisos en la generalidad de los casos, pero desgraciadamente (para Argentina, claro está) la pólvora estuvo mojada para muchos. Y cuando Messi más decidió tirar a puerta fue en el tramo último del partido, cuando (eso pienso, eso imagino) se daba cuenta que tenía que ser todo en el andamiaje ofensivo del equipo. Pero el portero uruguayo Fernando Muslera atajó una y otra vez los balones peligrosos cerca del arco.

En un partido trabado y duro desde el principio (casi 50 faltas y 9 tarjetas amarillas hablan por sí solas), los uruguayos, con un orden táctico y una defensa generalmente organizada fue ahogando a la Argentina, angustiándola, haciéndola perder fe en sus posibilidades. La imagen de Messi boca abajo en el área chica de la portería contraria luego de no concretar una chance de gol me pareció un resumen de la actuación argentina en esta Copa: la de naufragio.

Que Messi quiera hacerlo mejor, lo creo. Que desee como nadie entre los jugadores argentinos ganar títulos para su país, lo creo también. Es un ganador nato, un inconformista, que puede aportar en un partido (como el de Costa Rica) más de una docena de pases de gol, casi todos impecables; pero que no puede recibir un pase decente en un intento de pared con sus “socios” de selección.

A pesar de tantos y tantos intentos infructuosos en 120 minutos, quedaba la “lotería” de los penales, y que contradicción, Carlos Tévez, el jugador que el DT Sergio Batista había dicho que no lo necesitaba en la albiceleste y fue convocado luego y titularizado en los dos primeros partidos de la fase de grupo (los peores de Argentina en esta copa), es quien marra el único penal argentino. Uruguay no erró ninguno…empezando porque ni Supermán podía atajar los penales uruguayos, tan bien lanzados y tan bien ubicados.

Colombia-Perú: quien perdona, sufre

Para mi gusto el mejor de los partidos de Cuartos de Final. Ambos equipos buscaron el gol, ambos buscaron aplicar sus mejores argumentos y neutralizar las potencialidades contrarias con orden (cortesía de los técnicos de ambos equipos, Hernán Darío Gómez “Bolillo”, de Colombia, y Markarián, de Perú).

El 0-0 de los 90 minutos reglamentarios dejó sensaciones de que ambos pudieron haber ganado el partido en ese límite temporal, y seguramente más Colombia (a pesar de tener menos tiro al arco), por las muy buenas incursiones del volante Dayro Moreno con tiros al travesaño o que salían por poco, como por un penal errado por Radamel Falcao en el minuto 65, que podía ser el pase de los colombianos a las semifinales y a la posibilidad de seguir soñando con el título.

Es de destacar que solo hubo 28 faltas en todo el partido, muy por debajo de las 49 entre argentinos y uruguayos, en los mismos minutos: 120. Y también es necesario puntualizar que estos dos equipos no pudieron alcanzar cupos para el Mundial 2010, pero que visto lo visto están armando equipos que con maduración pudiesen hacer retornar a ambas selecciones a la principal cita del fútbol en el mundo.

Los dos goles peruanos vinieron en la prórroga, en los minutos 101 (Carlos Lobatón) y 111 (Juan Manuel Vargas).

El resultado fue excesivamente cruel para los colombianos, no solo por su eliminación de la Copa, sino porque la paridad del partido quizá merecía un resultado mínimo o la definición en penales.

Pero Colombia perdonó, porque tuvo oportunidades magníficas para alzarse con el triunfo en el período reglamentario, pero fueron los peruanos quienes si supieron aprovechar los pocos espacios y despistes otorgados por Colombia. La selección cafetera se está formando alrededor de jugadores muy interesantes con buenos trayectos en ligas europeas. Durante tres mundiales consecutivos estuvieron presentes (90, 94 y 98), y que puedan ser potenciales protagonistas de las próximas eliminatorias mundialistas puede ser una noticia muy alentadora, especialmente para quienes gustan del fútbol de toque, del pase corto, del buen manejo del balón, aspectos en que los colombianos tienen poco o nada que envidiar a otras selecciones en América y el mundo.

Brasil vs Paraguay: voluntad, suerte y unos penales de espanto

Brasil falló cuatro disparos de manera consecutiva en la definición por penales ante Paraguay, teniendo que regresar a casa mientras la selección charrúa continuaba su andanza en esta Copa América 2011. Un dato para no creer, especialmente cuando los brasileños entre otros muchos aportes al fútbol han tenido históricamente grandes definidores desde el punto penal.

Pero aparte de los cuatro lanzamientos fallados de manera consecutiva es también para no creer que luego de 120 minutos de partido se haya llegado a penales con el marcador 0-0 cuando los brasileños atacaron una y otra vez, con 16 disparos de los cuales 8 estuvieron bajo los tres palos, obligando una y otra vez al portero paraguayo Justo Villar a ser héroe varias veces, por lo menos en cuatro ocasiones en que era más fácil gritar el gol que no hacerlo. Además, tampoco pudieron concretar en goles ocho tiros de esquina contra ninguno de los guaraníes.

Los paraguayos apenas atacaron, con escasos cuatro disparos y solo uno a puerta: uno cada 120 minutos. Imposible aspirar al gol de esa manera. La definición por penales mucho antes de llegar a la prórroga de los 30 minutos parecía la única opción real de Paraguay…y miren que fue tan real que eliminaron a los brasileños de la Copa, a pesar de que el juego lo aportó Brasil. Eso sí, este equipo del país por excelencia del fútbol es una selección en construcción, que busca una identidad para afrontar su segundo Mundial como anfitrión en el 2014.

¿Falta de puntería brasileña? Sí, probablemente, porque si bien es cierto que Villar hizo atajadas espectaculares, también lo es que los brasileños no fueron muy resolutivos ni creativos cuando tuvieron el mano a mano con el portero paraguayo. ¿Suerte de Paraguay? Sí, hasta lo confesó el propio Director Técnico, el argentino ‘Tata’ Martino. ¿Y voluntad? Mucha, ya que durante dos horas los paraguayos apelaron a ella como su talismán. Y miren que le funcionó.

Venezuela vs Chile: victoria con el balón parado

A cada partido que avanza Venezuela en esta Copa más difícil es pensar que hasta hace pocos años para los demás equipos de Sudamérica jugar contra ellos era una garantía casi absoluta de golearlos. Esos tiempos parecen ya muy lejanos.

Los chilenos, al retornar a la cancha luego de un 1-0 adverso del primer tiempo, se lanzaron con decisión, voluntad y coraje a conseguir el empate, a buscar el partido, y durante gran parte del segundo tiempo era un monólogo ofensivo, un martillar constante buscando derrumbar el muro venezolano. Finalmente lo lograron con un gol de Humberto Suazo, pero luego de varios fallos, varios tiros al travesaño, varios balones sacados de portería por defensas venezolanos.

El primer tiempo no lo jugó bien Chile, pero no solo por falencias propias sino también por virtudes venezolanas, que tras ganar a Chile y Ecuador (a los ecuatorianos con bastante claridad, a pesar del 1-0) y jugar de igual a igual contra Brasil y Paraguay, habrá justamente que reconocerle que si los demás juegan mal en muchos pasajes de sus partidos contra Venezuela no solo es producto de la casualidad, sino de un trabajo de explotar lascarencias ajenas y de sacer petróleo de las propias virtudes.

Si los venezolanos en el último partido de la Fase de Grupo les hicieron dos goles en los últimos 5 minutos con balones detenidos a los paraguayos, contra los chilenos supieron también aprovechar esa virtud mortífera para el rival que tienen. En todo el partido tuvieron tres tiros al arco (9 en total), pero dos se convirtieron en goles, y todos nacieron de lances a balón parado del veterano Juan Arango.

Esa virtud venezolana es a la vez una de los principales defectos chilenos.

Que Chile atacó más es cierto, que en los largos minutos de vendaval ofensivo Venezuela tuvo suerte de no salir tocada con dos o tres goles, también es cierto. Pero muy cierto también es que los venezolanos, a pesar de tener menos oportunidades de gol, supieron sacarle provecho al máximo a las suyas, además de saber neutralizar al rival largos periodos del partido, especialmente en el primer tiempo.

La vinotinto juega con un orden y un posicionamiento en la cancha que a veces parece más típico de selecciones con mayor historia futbolística, no tanto de naciones con una tradición menor. ¿Hasta dónde llegará en esta Copa América? Por lo mostrado hasta los Cuartos de Final ya no sería extraño que llegasen a la Final, y ya ahí…puede ser campeón.